09/10/2025 – “Poner límites no es cerrar puertas, sino abrir caminos de encuentro con nuestros hijos.”Así lo afirma Patricia Farías, licenciada en Psicología y especialista en Logoterapia, en un nuevo encuentro del ciclo Buscadores de sentido por Radio María Argentina. Con su estilo cálido y esperanzador, invita a los padres a redescubrir su misión: acompañar, sin miedo, el crecimiento de sus hijos desde el amor, la confianza y la libertad.
Muchos padres sienten que poner límites puede alejarlos de sus hijos o deteriorar el cariño. Sin embargo, Patricia propone una mirada completamente distinta: el límite no es un muro que separa, sino un puente que une. “Decirle que no a un hijo también es una forma de decirle que sí a su crecimiento”, explica.
Para la logoterapia —corriente psicológica inspirada por Viktor Frankl—, todo acto educativo debe tener un sentido. Los límites, entonces, no son castigos, sino espacios donde se aprende a vivir en libertad responsable. “El límite es una oportunidad para el encuentro existencial —dice Patricia—, para mirar a los ojos al hijo y decirle: te corrijo porque te quiero, porque me importás.”
La especialista advierte sobre el poder de las palabras. “Cuando repetimos etiquetas como ‘sos vago’, ‘sos irresponsable’, esas frases se graban en la memoria emocional del hijo.” En cambio, propone usar la palabra como herramienta de construcción personal.
En lugar de resaltar los errores, sugiere reconocer los logros y valorar los esfuerzos, aunque sean pequeños. Así, los chicos van fortaleciendo su autoestima, su autoconfianza y su capacidad para asumir las consecuencias de sus actos.Patricia llama a los padres a “sintonizar pensamiento y emoción”: escuchar, preguntar, acercarse. Y, sobre todo, no reaccionar desde la bronca. “Entre el estímulo y la respuesta está nuestra libertad. Podemos elegir cómo responder.”
Educar no consiste en imponer normas, sino en ayudar a los hijos a descubrir el sentido de ser libres. “Todos somos libres, pero también responsables —explica Patricia—. La libertad sin responsabilidad es solo impulso.”
En la práctica cotidiana, esto se traduce en gestos simples:
Cada paso hacia la autonomía fortalece su libertad interior y su confianza en los demás.
Patricia reconoce que no siempre es fácil mantener la calma. Las emociones —frustración, enojo, cansancio— muchas veces dominan el diálogo familiar. Por eso, aconseja detenerse antes de reaccionar.“Si la emoción me inunda, no puedo pensar. Necesito tomarme un tiempo para registrar qué me pasa, por qué me duele tanto.” Esa pausa consciente permite transformar la reacción en encuentro.
A través de ejemplos concretos, la psicóloga muestra que un cambio de actitud —pedir con serenidad en lugar de gritar— puede modificar profundamente el clima familiar. El amor, dice, se educa también en los modos.
Hacia el final de la charla, surge un tema crucial: la presencia del padre. Muchas madres sienten que cargan solas con la tarea educativa. Patricia subraya que la misión es compartida: “La mamá estructura lo emocional y el papá aporta la ley, la norma, el límite. No se trata de que uno reemplace al otro, sino de complementarse.”
Y añade una frase que condensa el sentido de toda la conversación:
“Hemos sido llamados a la vida para ser protagonistas, no espectadores ni víctimas.”
Ser protagonista —dice— es asumir con amor la misión de educar, aunque no haya manuales ni recetas. Es elegir estar, hablar, escuchar, acompañar.
En sintonía con el espíritu de Radio María, esta reflexión también nos remite a María, madre atenta y presente. Ella enseña a los padres de hoy a acompañar con ternura firme, confiando en el crecimiento de sus hijos. Como en Caná, María sabe cuándo intervenir, cuándo callar y cuándo dejar que el otro descubra su propio camino.
Te invitamos a ver el diálogo completo entre Patricia Farías y el equipo de Radio María Argentina en el ciclo Buscadores de sentido.Un espacio para redescubrir, desde la fe y la psicología, el arte de educar con amor y confianza.