El descanso cambia con la edad: ¿cómo se transforma el sueño a lo largo de la vida?

miércoles, 12 de noviembre de 2025

12/11/2025 – El Dr. Pablo López se centró en cómo el descanso evoluciona con el paso del tiempo. Describió que en la adolescencia, si bien existe una capacidad intrínseca de dormir bien, las exigencias sociales y escolares a menudo complican el descanso. Subrayó que es un cambio fisiológico esperado en esta etapa que el sueño experimente un «retraso de fase»: «Los chicos suelen tener sueño más tarde y despabilarse más tarde, despertarse más tarde», lo que entra en conflicto con los horarios escolares tempranos.

Continuando con las etapas de la vida, el Dr. López explicó los cambios después de los 65 años. A diferencia de los adolescentes, los adultos mayores presentan un «adelantamiento de fase», lo que significa que «tienden a tener sueño más temprano, levantarse más temprano». Además, en esta etapa se reduce el sueño profundo, lo que puede causar un descanso más fragmentado. Es crucial entender esta transformación fisiológica, ya que «uno tiene esta expectativa de poder seguir durmiendo como cuando tenía 30 años, 40 años y eso no es posible por una cuestión fisiológica».

En cuanto a la duración ideal, el especialista desmitificó la creencia de las ocho horas. Insistió en que no es una «norma para nadie», y que la obsesión por cumplir una cantidad fija es contraproducente: «Cuando uno lo toma de esa manera termina generándose una presión adicional que suele ser incompatible con el sueño». Si bien la recomendación general para adultos oscila entre 7 y 9 horas, aceptó que 6 a 6 horas y media pueden ser saludables, dada la «cierta variabilidad en el sueño de todos nosotros».

El Dr. López también destacó las particularidades del descanso femenino, señalando hitos como la menopausia. Confirmó que es un fenómeno frecuente el despertar nocturno: «Muchas mujeres refieren que se despiertan sistemáticamente entre las 3 y las 4 de la mañana». Este fenómeno, que se da en el periodo de la perimenopausia, está asociado a cambios hormonales, como el aumento del cortisol. El Dr. López recalcó la importancia de no percibir esto como patológico, ya que «el solo hecho de percibir algo como anormal o patológico hace que nosotros nos activemos y nos preocupemos y eso es incompatible con el sueño».

Para facilitar un descanso reparador, el Dr. López propuso un enfoque en la calma, apoyando la experiencia de los oyentes que usan la oración para relajarse: «Nuestro sueño va a tener muchas más chances de aparecer si nosotros vamos logrando cierto estado de calma». El mensaje central es evitar el esfuerzo y la activación. «Más que la pregunta de qué tenemos que hacer para dormir es cómo hacemos para no interrumpir ese proceso que debería darse de forma natural», concluyó, destacando que es vital «bajar las revoluciones» y reducir la exposición a la luz antes de acostarse.

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