11-11-2025 – “Seguir a Jesús es decidir, cada día, vivir desde su corazón.”Con esta certeza luminosa, Marcela Rodríguez y Hernán Ginés, Coordinadores diocesanos del Camino del Corazón (Río Cuarto), nos invitan a profundizar el quinto paso del Camino del Corazón: “Jesús nos llama sus amigos”, un llamado que transforma la vida desde adentro.
En este paso, la propuesta es clara: Jesús no solo enseña, acompaña o sana… Jesús llama amigos a quienes caminan con Él.Y esa amistad no es simbólica ni lejana: es concreta, cotidiana, comprometida.
Marcela lo explica con sencillez:
“Jesús nos conoce, nos espera y nos quiere cerca. La amistad con Él ordena la vida y toca el corazón.”
Este paso está ubicado justo en el medio del itinerario espiritual, porque funciona como un puente interior: pasamos de mirarlo “desde afuera” a caminar a su lado, con su ritmo y su mirada.
Hernán lo dice con claridad:la amistad con Jesús no es solo sentimiento, es decisión.Una determinación que se sostiene en medio de los altibajos de la vida, del cansancio, de la duda o de las luchas interiores.
Él mismo comparte cómo sostiene esta elección desde su trabajo como enfermero:
La clave es esta:la amistad se cultiva, se alimenta y se elige.
Marcela abre su corazón y comparte un momento clave de su historia:Había logrado muchas cosas, tenía “todo para ser feliz”, pero sentía un vacío que nada lograba llenar.Fue entonces cuando comprendió que lo que le faltaba era experimentar el amor de Dios de manera personal.
Ese descubrimiento transformó su vida, su matrimonio y su modo de mirar.Y esa experiencia se volvió fecunda: amigos, familiares y compañeros comenzaron a sumarse al Camino del Corazón.“Lo esencial para vivir es amar y sentirse amado”, afirma.
El paso cinco no termina en la intimidad. Si la amistad es real, impulsa a salir, a compartir y a servir.
Por eso, este camino nació en comunidad. La experiencia de Río Cuarto surgió gracias al acompañamiento del padre Raúl Frega y de un grupo de laicos que buscaban rezar juntos… y Dios hizo el resto.
La amistad con Jesús se vuelve así fuerza misionera, contagiosa y luminosa.
Marcela ofrece una frase central del paso cinco:
“Seguir a Jesús es ordenar nuestra vida hacia la suya… y también ordenar nuestros afectos.”
Porque cuando un afecto está desordenado, la vida pierde dirección.Pero cuando Jesús ocupa su lugar, todo se ilumina y se integra.
Esta es la gracia de este paso:una amistad que sana, unifica y orienta.
El mensaje final es claro:La invitación es personal. Jesús te llama amigo. Sí: a vos.No importa dónde estés parado hoy.No importa si estás cansado, buscando, herido o recomenzando.
Él te llama.Y basta un “sí” sencillo para abrir la puerta a una amistad que sostiene y transforma.