29/01/2021 – Sofía Roldán, referente diocesana de misiones en Mendoza, destacó que “nuestros jóvenes son los que se animan, más que nunca, a la misión en Cuyo”. Roldán indicó también: “Entendimos que podíamos misionar desde casa, nos adaptamos a nuestro tiempo y a nuestra realidad. Algunos pudieron compartir algún encuentro presencial con niños y adultos, con los protocolos sanitarios vigentes. Desde los distintos estados de vida en la Iglesia se hace misión. No hay que desplazar la misión, la pandemia no la desplaza, la misión no se negocia. Somos piedras vivas de la Iglesia”.
“Por esos días los seminaristas mendocinos están misionando de Potrerillos con una experiencia rural, llegando a personas aisladas que sufren mucho la soledad. Esta misión seguirá hasta el domingo 31 de enero. Y los jóvenes de San Juan están misionando con las familias danmificadas por el terremoto. Esto es imitar a Jesús, esto es lo que hubiera hecho nuestro Señor”, graficó.
“El misionero dice “voy a la misión” y después lo demás se acomoda. El misionero descubre que lo que consideraba esencial, de pronto se torna secundario, porque el tesoro está en otro lado. Para muchos, el misionero es Cristo para el otro, por eso la importancia de rezar, de formarse y de acompañar a los más vulnerables. La misión se hace en la pandemia hasta con el vecino, no hace falta irse lejos para ser sensibles a los signos de este Cristo presente en nuestra realidad”, cerró Sofía.
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