Somos sobrenaturales por la acción de la Gracia de Dios

jueves, 4 de febrero de 2010
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"Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: "¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y esos grandes milagros que se realizan por sus manos? ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?". Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo. Por eso les dijo: "Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa". Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y él se asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente". Evangelio según San Marcos 6,1-6

En la Palabra de ayer nos recordaba el Espíritu Santo el niño crecía en sabiduría y en Gracia delante de Dios y de los hombres. Iba creciendo y se fortalecía lleno de sabiduría y la Gracia de Dios estaba con El. Yo quiero empalmar esto: mirar éste maravilloso, esplendoroso Jesús. Este muchacho que iba creciendo, éste ser va caminando de una manera creciente entre sus hermanos. Ya desde la vida oculta iba en éste crecimiento decidido. La primera en contemplar éste crecimiento sería su propia madre y su propio padre: los primeros. Quizás muchos parientes no se daban cuenta aunque era difícil no darse cuenta que a Jesús le pasaba algo, que Jesús tenía ese brillo en la mirada, esa actitud de como estar a la mano, esa disponibilidad, ese estar dándose. Ese no se que de comunión interior, algo misterioso pero a la vez atractivo. Jesús fue un gran seductor porque es Dios y su humanidad tenía visos de seducción en el sentido limpio de la palabra y usémosla a la palabra porque es muy valiosa y en definitiva un santo, un evangelizador, un buen cristiano tiene que ser un seductor no alguien que propone grandes doctrinas llenas de argumentos. Ellas siempre tendrán que estar, las sanas doctrinas pero calan hondo cuando transforman la vida solamente cuando el Espíritu de Dios obra y configura la persona con Cristo por eso el cristiano también es un seductor. La Sagrada Escritura en el Antiguo Testamento. En ella el Espíritu Santo nos dice tu me sedujiste Señor y yo me dejé seducir también se traduce tu me venciste Señor y yo me dejé vencer. Seducir es como vencer por la dulzura, ternura, por una firmeza que no es fuerza, por una atracción que no es obligación, por una invitación que es a la vez libertad, por un deseo que genera necesidad y Jesús es todo esto. La primera en contemplar a éste ser que va creciendo, que va madurando, que se va mostrando, que se le van escapando las cosas del alma, aquella intima comunión con el Padre y el Espíritu. Jesús es un ser maravilloso María viviría en oración. Si hay alguien que despertó la capacidad de contemplar fue la Virgen, alguien que llegó a lo profundo de lo que es la contemplación y esto es lo final en la oración y es lo esencial. En definitiva en la vida a lo cual debe aspirar el que ora. Alcanzar la Gracia y no se logra por estudio sino por un regalo de Dios. María alcanzó la Gracia de la contemplación. Mujer que pasó la vida mirando pero más que con los ojos del cuerpo y más que con los ojos interiores de la intuición de la maternidad también con los ojos de la fe. Asesorados por su mirada humana, sus sentimientos de mujer y de Madre y su intuición femenina pero movida por el Espíritu porque la Virgen no tenía pecado. Era imposible que ésta mujer estuviere pensando en cualquier cosa. Solo pensaba y se disponía a lo único necesario que era que lo que Dios tenía pensado se cumpliera. Por eso toda su mirada es contemplativa, es perceptiva y receptiva del paso de Dios y tenerlo allí al Sacramento del Padre, al Hijo, a Jesús, al Verbo hecho carne que no había salido de cualquier lado sino de adentro de Ella misma. Tenerlo allí, olerlo, poderle enseñar a hablar, a balbucear. Todo el interior de María es un interior contemplativo. La primera que tiene gozo, admiración, estupor en su existencia, María. Verlo al niño que iba creciendo y se fortalecìa vy que tenía tanta atención y desbordaba a cualquiera y que se manifiesta en aquella pérdida y hallazgo en el templo que meditamos en el quinto misterio gozoso del rosario: el Niño Jesús perdido y hallado en el templo entre los doctores de la ley discutiendo con ellos y explicándoles las escrituras. Les preguntaba y les enseñaba. Un adolescente hablando con los doctores de la ley y que ellos le den corte, le den importancia. Tenía algo. Que tienes Jesús que me resulta irresistible, que no puedo ser indiferente ante tu presencia

Jesús se iba manifestando, era una presencia del Reino y nuestro testimonio también es una presencia del Reino

Ya hoy Jesú8s crecido, una segunda etapa de la vida pública del Señor. De donde saca esto, decía la gente, sabemos quienes son sus primos, sus hermanas. El Señor hacía cosas que nadie las hacía pero más que lo que hacía era lo que El era. Jesús tenía un imán, una personalidad magnética. Es lo que provoca la fidelidad a la misión, la fidelidad y la comunión, la identidad de la persona. Esta se despliega en nosotros cuando descubriendo un llamado en la vida lo abrazamos con todo el corazón y nos entregamos con gozo a ello. No nos imaginamos cuanto supera una persona que se abraza a la misión que escucha y recibe, a la vocación que recibe en la vida. Una persona le dice si al Señor en lo que lo llama y se siente atraído y no tiene miedo y le entrega el corazón incodicionalmente. Esa incondicionalidad sana muchas heridas, se superan muchas debilidades, muchos defectos, se ordenen muchos aspectos de la vida, se purifica el corazón, se despiertan miradas, se adquiere una sabiduría, el Señor obra en esa generosidad de la escucha en la misión. Jesús es fiel. Esa fidelidad del Señor es lo que le da la autoridad que tiene el que me ve a mi ve al Padre. Podemos decir eso de nosotros mismos? El que me ve a mi será que lo ve a Cristo? Será que siente la atracción o el rechazo porque es Cristo el que aparece. Me pareció en éste sentido tan significativo siempre aquella expresión de Juan el Bautista es necesario que yo disminuya y El crezca y eso se lo dijo a sus discípulos y después dijo ese es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo vayan allá y lo dejaron a Juan. Juan se despojó La fidelidad a la misión. Fidelidad al Padre que es el que da, el que llama, el que convoca., fidelidad al plan de Dios en la obediencia al Padre, fidelidad al proyecto de Dios. El Padre tiene una vocación para cada uno de nosotros. Tiene asignado un lugar, un servicio, una tarea para darnos su amor y para que nosotros seamos luz y para que tengamos el gozo de tener la sabiduría de Dios y para que estemos dispuestos a morir por esa sabiduría de Dios y para que estemos dispuestos a sufrir por ese amor, por esa sabiduría que la niebla ni el mundo no puede ni quiere comprender. Ser signos. Jesús es un signo viviente. Tiene una personalidad magnética, atractiva, seductora. No como podemos entenderlo hoy. Jesús es irresistible o lo resistimos del todo o no. No hay términos medios para el Señor

Nosotros tenemos una buena fundamentación teológica porque Dios ha hablado y la Iglesia movida por el Espíritu Santo hace un razonamiento que se llama Teología con algunos herramientas humanas del pensamiento como es la Filosofía pero no se funda ahí el cuit de la identidad cristiana. El hombre necesita razones porque es un ser inteligente, razones. La iglesia tiene que dar razones pero la Iglesia sabe que cuando cuando quiere dar razones de Cristo tiene que vivir, tiene que sentir a Cristo, comer a Cristo, recibir el abrazo del perdón de Cristo, tiene que convertirse a Cristo porque la Iglesia sabe si no hay un abrazo y un encuentro personal con Jesús no hay teología válida. No hay manera de responder a las maneras intelectuales sobre la fe. Solo Jesús es la razón de la fe y Jesús el la última Palabra que da a Dios el hombre y Jesús es una persona. Es un ser de carne que tiene alma, voluntad e inteligencia y carne humana, que tiene voluntad divina, inteligencia divina y cuya persona es divina. No tiene persona humana porque es el Hijo de Dios. En el verbo de Dios en su persona divina se sustenta lo divino y lo humano que es verdadero en Cristo. Es un solo ser o sea que lo que Dios obra en el hombre no lo puede obrar el hombre. Eso es lo normal de la fe. No hay que preocuparse que alguien no entienda la fe, no hay que preocuparse que alguien no entienda la fe. Hay que dar testimonio de mi amor a Cristo porque lo que atrae es el testimonio, no los argumentos

Jesús actúa movido por el Espíritu y nadie puede juzgar a Cristo, nadie puede juzgar la fe, nadie puede medir el proyecto de Dios, solo aquel que es un ser espiritual. Los seres espirituales son inmedibles, incalculables, inabarcables, serán admirables o serán odiados pero no pueden ser contenido porv el juicio espirituales El hombre espiritual libre y el puede juzgarlo todo porque tiene la luz y la sabiduría del Espíritu que indica que indica la verdad final de la vida sino que al descubrir algo siento el llamado a entregar algo tiene que ser un misionero, un evangelizador. Nosotros somos impresionantes cuando nos dejamos mover por el Espíritu Santo y es que hay una fuerza espiritual . Nosotros tenemos que saber que Dios está involucrado con nuestra persona. Cuando nosotros podemos tener la fortaleza de la dulzura en la dificultad y el desprecio , cuando estamos unidos a Dios tenemos una Gracia que es una actuación de una manera de estar presente Dios por un lado de un modo permanente en nuestra vida, se llama Gracia santificante y por otro lado pulsándonos permanentemente, se llaman Gracias actuales. Toda persona está pulsada por el amor de Dios en la misericordia de Dios y por los dones del Espíritu Santo para poder obrar al modo de Dios o sea tener un poder sobrenatural. Lo que le pasaba a Jesús es lo pasa al bautizado. Pero el bautizado puede perder la amistad con Dios, puede perder la vida de la Gracia por eso es necesario una actitud de conversión en nosotros, volver a Cristo, al encuentro, a la fidelidad, a la obediencia a Cristo. El todo lo que vivió en la obediencia al Padre. El que me ve a mi ve al Padre, el que me ama cumple mis mandamientos. Entonces el Señor me invita a que yo tengo que ser fiel a la amistad con Dios cuando se obedece lo que Dios manda Estar en Gracia significa contar con la posibilidad de ser pulsado por Gracias actuales y por las mociones del Espíritu Santo para tener el obrar que es natural en el cristiano que es obrar sobrenatural. No es natural, es sobrenatural. No basta la bondad humana para llegar a Dios. Es necesario que Dios esté en comunión con la persona para que el obrar de la persona sea el obrar de un Hijo de Dios y todo esto por los méritos del amor, Pasión muerte y Resurrección del Señor que nos amó y se entregó por nosotros

Padre Mario Taborda