08/05/2020 – El Negro Manuel, apóstol y custodio de la Virgen de Luján, expresó: <Soy de la Virgen nomás>. Y en este sentido, monseñor Scheining, arzobispo de la arquidiócesis de Luján contó en Radio María que estas palabras conforman su emblema episcopal. “Es una expresión muy fuerte, muy profunda, porque <Soy de la Virgen nomás>, es la que me da dignidad, la que me da vida”.
Monseñor Jorge Scheining reflexionó en Madre del Pueblo junto al padre Marcelo Amaya, desde Catamarca, sobre nuestra patrona, la Virgen de Luján y sobre la devoción mariana en nuestro país.
Al respecto, dijo que, “Yo vengo de una familia creyente pero poco practicante, diría que pertenezco a la religiosidad mariana más popular, esa presencia silenciosa de María en la casa, no recuerdo haber rezado el rosario en casa pero sí el venir a Luján, sí de tenerla presente a la Virgen”, expresó el arzobispo de Mercedes Luján, Argentina.
“En el seminario, cuando fue creciendo mi experiencia religiosa, fue creciendo mi devoción, pero más crecí como cura”, testimonió.
“Como cura -completó- en algunos barrios donde estuve, yo siento que fue la misma gente la que me introdujo en la piedad mariana”. “La misma práctica de fe de nuestros pueblos que es mariano sin duda, es muy fuerte la devoción y si uno se deja llevar realmente es atrapante”, indicó.
“En una peregrinación a Luján, ya era cura, me acuerdo que venía muy cansado, y me preguntaba ¿para qué camino?”, compartió monseñor Scheining. “Y en ese momento, coincidimos con una señora muy mayor, nos pusimos a charlar y me contó que venía de Liniers, entonces yo me sentí como tocado en mi orgullo”, relató. Y continuó contando que le preguntó: ¿y usted por qué viene? entonces me contó el sentido de su peregrinación y de su sacrificio y dije bueno, déjeme que la acompañe, a mí se me venía acabando el sentido -confesó-, me venía ganando el dolor, todavía no entendía bien lo que era la entrega, y esta mujer venía entregada”. “Es esa experiencia tan mariana, tan de María, esa entrega, así que terminé la peregrinación gracias a esa mujer”, manifestó.
“Creo que María es la oportunidad de redescubrir desde el rostro de Dios, -el pueblo habla del rostro femenino de Dios que lo descubrimos en María-, el rostro de la iglesia”. “En María se da una cosa muy particular, sin María no estaría Jesús pero sin Jesús no estaría María, es el único caso en el que hace falta el hijo para que esté la madre”, clarificó monseñor Scheining.
“María entonces es la mujer que siendo la madre del Hijo de Dios, tiene la cualidad de seguir revelándonos quien es Dios” “Y creo, que entonces, un año mariano es una posibilidad para seguir descubriendo a Dios y purificarnos de nuestras falsas imágenes de Dios”.
“María y el año mariano son una oportunidad para redescubrir lo esencial, lo fundamental de la vida, no solamente lo fundamental de la fe”.
“Los santuarios marianos son casa, una casa de la piedad del pueblo”. “En los santuarios marianos está presente el olor del pueblo”.
“Y Luján tiene mucha capacidad de atracción, porque María de Luján nunca dijo nada, es decir, no hubo revelaciones, pero dice mucho al corazón, pero es impresionante como atrae esa imagen”. “Porque evidentemente le habla a cada uno de los peregrinos”.
Y en esta piedad popular, dijo que “La iglesia tiene mucho que aprender de la piedad popular, podemos aprender a través de ella un modo de relación más fresco, más espontáneo, más sencillo y profundo al mismo tiempo”.
“A veces sin darnos cuenta construimos un andamiaje religioso, entre en comillas, -aclaró- los que más tiempo estamos en los religioso, los consagrados, construimos un formato, un modo de vinculación que le quita esa sencillez presente en la piedad popular”.
Monseñor Jorge Scheining recordó la historia de Nuestra Señora de Luján y también las palabras que dijo el Negro Manuel, apóstol y custodio de la Virgen de Luján: <Soy de la Virgen nomás>. En este sentido, monseñor Scheining contó que estas palabras conforman su emblema episcopal “Es una expresión muy fuerte, muy profunda, porque Soy de la Virgen nomás, es la que me da dignidad, la que me da vida”.
“Yo en ella, -me imagino al Negro Manuel diciendo-, yo en ella encuentro todo y no me hace falta otra cosa, Yo soy de la Virgen nomás, ese amor profundo me parece que es fundante de la piedad de Luján”. “El Negro Manuel está en proceso de beatificación, como el padre Salvaire, que hizo el templo que tenemos hoy”, relató con pasión monseñor
“Luján es la Virgen, es la que funda esa tierra, pero también la que fundo un modo, un estilo, esto que decíamos, de piedad, de religiosidad”.
Finalmente, cabe recordar que monseñor Jorge Eduardo Scheining, actual arzobispo de Mercedes Luján, en el día de su consagración episcopal dijo que “Dame Negro Manuel la mirada de tu corazón para confesar que en la Virgencita de Luján, en la Madre de Dios, hija del Padre, mi Ama, mi Patrona, soy libre, soy digno, soy pleno, porque soy hijo”.
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