18/07/2023 – Compartimos una nueva presentación del ciclo “Nuestra familia es hoy” con el testimonio del Padre Marcelo Amaya, párroco de Santa Rosa de Lima, Licenciado en Ciencias para la familia. El Padre Marcelo acompaña la pastoral familiar en Catamarca y con él reflexionamos los distintos temas vinculados a la realidad, y a los desafíos que tenemos en nuestras familias.
Hoy tratamos el tema sobre la preparación para la Jornada Mundial de los abuelos y adultos mayores que viviremos el próximo domingo.
El Padre Marcelo destaca cómo el Papa Francisco cita la JMJ de los jóvenes en el mensaje para la Jornada Mundial de los abuelos y de los adultos, de los ancianos. Porque sabemos que los abuelos son parte de la familia, son nuestra familia. A veces se habla de la familia nuclear, papá con los hijos, pero también en esa familia ampliada están los abuelos, quienes han constituido primero la familia.
En la catequesis con motivo del encuentro mundial de las familias, se afirma que los abuelos son parte de la familia. Hoy en día la cultura del descarte, que el Papa Francisco habla, tiende a considerar a los mayores como insignificantes para la sociedad. La vejez en cambio es un momento más para responder al llamado de Dios. Esa etapa de la vida también es una respuesta a un llamado que Dios hace a las personas. Con su momento, con su carisma, esa etapa de la vida, es una respuesta nueva y diferente y, en algunos aspectos, más adulta y más madura por toda la experiencia que supone. De hecho, la vocación al amor es una llamada que Dios hace a lo largo de toda la vida.
El Padre Marcelo expresa que este diálogo intergeneracional es tan lindo de cultivar y que podemos ver que se da en dos direcciones. En primer lugar, por lo que pueden ofrecer los adultos mayores a los demás, a través de su experiencia y de su sabiduría. Y por otro lado, lo que pueden recibir de los demás, por su condición de fragilidad, de debilidad, de necesidad. Pueden dar y también recibir de parte de las otras generaciones.
Envejecer a veces parece ser algo difícil sobre todo para nuestra cultura, para algunas personas es una experiencia de amargura y tristeza especialmente cuando está asociada a una enfermedad o dolencia que dificulta la realización de actividades normales. Sin embargo, el tiempo de la vejez puede compararse con la vida de la Sagrada Familia de Nazareth, caracterizadas por los humildes y sencillos acontecimientos vividos en la clandestinidad, en el silencio. El San José oculto y silencioso, pero tan importante para María y Jesús y tan importante para la historia de la salvación.
¿Qué lugar es el que ocupan nuestros abuelos? Tanto en la sociedad como también en lo concreto, en mi casa en mi familia. Y aquellos que son abuelos, ¿se sienten importantes para la familia?
El lema de esta jornada de los abuelos es “Su misericordia se extiende de generación en generación”. Y el Papa Francisco lo relaciona con un acontecimiento bíblico, que es la visita de María que va a visitar a su prima Santa Isabel. Ella joven, muy joven y su parienta anciana Isabel. Un encuentro de dos generaciones. Y el Papa aprovecha este texto y hace relación con la jornada mundial de la juventud. Como hizo María con Isabel: que los jóvenes alegren el corazón de los ancianos y adquieran la sabiduría de los ancianos.
El Padre Amaya señala que realmente es una etapa de mucha riqueza y que la tenemos que seguir fomentando, como así lo quiere el Papa, en esa vinculación intergeneracional. Puede tener sus dificultades con los nuevos lenguajes, las nuevas tecnologías, puede ser a veces un elemento que haga que cueste más ese diálogo intergeneracional pero hay que fomentar o fortalecer, de manera que no sea un obstáculo sino que sea, por el contrario, un bien.
Finalmente, el Padre Marcelo destaca la necesidad de ancianos que recen, sobre todo cuando estén tristes, que recen por los nietos, por los sacerdotes, por la religiosas, por los que sufren, por los niños que están en situación de calle. Su oración es sumamente importante, destacó.