23/05/2022 – Mañana, 24 de mayo, se cumplirán tres meses de la invasión a Ucrania por parte del Ejército ruso. Desde entonces, la guerra allí ya se ha cobrado miles de vidas.
Catorce millones de ucranianos, que conforman poco más de la cuarta parte de la población de Ucrania, han tenido que dejar sus hogares en una de las más grandes migraciones internas y externas de las últimas décadas.
Según Naciones Unidas, la guerra en Ucrania y otros conflictos armados en África y en Asia, han elevado la cifra global de refugiados y desplazados en el mundo por primera vez por encima de los 100 millones de personas.
Además, se está fraguando una crisis alimentaria global por la escasez y el aumento de los precios de algunas materias primas (como los cereales o las semillas de girasol) ya que tanto Ucrania como Rusia son productores importantísimos de estas comodities para todo el mundo.
Rusia culpa a Occidente de haber desencadenado esta crisis alimentaria que se está gestando, por las sanciones económicas que le han impuesto.
La semana pasada, Finlandia y Suecia formalizaron sus pedidos de ingreso a la OTAN dejando de lado décadas de neutralidad estratégica para abrazar la alianza militar en una transformación increíblemente rápida impulsada por la invasión rusa.
En pocas palabras, lo que ha creado la guerra, es un mundo aún peor, más complicado, más injusto, más violento, más dividido del que teníamos.
A tres meses del inicio de esta guerra, quisimos aproximarnos al conflicto de una manera distinta. Y lo hicimos a través del testimonio de un obispo argentino, el obispo Ariel Torrado Mosconi, obispo de la diócesis de 9 de Julio, en provincia de Buenos Aires, quien viajó a Ucrania la semana pasada.
Mientras tanto, mientras la gente sufre, muere, o tiene que dejar todo lo que tiene para huir, los poderosos imponen los intereses de la geopolítica.
En esto se enmarca la decisión de Finlandia y Suecia, países vecinos de Rusia cuyos gobiernos decidieron formalizar el pedido de ingreso a la OTAN, la alianza militar que lidera Estados Unidos, con todo lo que eso significa.
Si ambos son admitidos, marcaría la expansión más significativa de la OTAN en casi dos décadas, con un aumento de los miembros de esa alianza militar a 32 naciones, y agregando cientos de kilómetros adicionales de frontera con Rusia. Precisamente lo que Vladimir Putin quería impedir con la invasión a Ucrania.
Para hablar de este aspecto geopolítico del conflicto, dialogamos con Marcelo Taborda, analista internacional.
Audio de las entrevistas completas a continuación…
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