Tiempo de balances: ¿vaso medio lleno o medio vacio?

viernes, 14 de enero de 2011

Mientras va terminando el año, naturalmente comenzamos a mirar hacia atras y ver todo lo que vivimos durante el año. Pesamos las experiencias para respondernos a nosotros mismos si pudo más el DEBE o el HABER…Conversamos con Anabel Thanos

 


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Mientras va terminando el año, naturalmente comenzamos a mirar hacia atras y ver todo lo que vivimos durante el año. Pesamos las experiencias para respondernos a nosotros mismos si pudo más el DEBE o el HABER; si hay más tildes en la columna de TERMINADO o en la de PENDIENTES…

A su vez, no siempre podemos ser lo suficientemente justos con nosotros mismos. Suele pasar que con el cansancio del año, las fiestas, mezclado a una especie de melancolía o tristeza por lo que se va yendo, ese balance quede teñido de un cierto pesimismo. Lo peor ocurre cuando nos ganan los pensamientos del tipo: "Al final, siempre la misma historia"; "Que se acabe este año a ver si empiezo una racha nueva"; "Nunca me sale nada como lo planifiqué"; "Si yo fuera como XXXX podría haber hecho XXXX" etc etc etc

Te invitamos a que dejes de lado esos pensamientos que no te hacen bien, y a que mires para atras con una mirada agradecida. Que puedas descubrir todo lo bueno que viviste… las experiencias que fuiste recogiendo, aún de aquellos acontecimientos no tan buenos. También la companía de las personas que te quieren; tu fidelidad al camino emprendido sea en  la facu, en el trabajo o en la vida familiar… ¡Qué bueno que también nos animemos a descubrir la presencia de Jesús cada día y en cada momento!. Qué diferente se ven las cosas cuando mirando hacia atras vemos con certeza que siempre estuvo ahi incluso cuando no lo habíamos percibido.

Que bueno que podamos vivir en este tiempo la recomendación que nos dejaba el Papa Juan Pablo II al comenzar el nuevo milenio: " recordar con gratitud el pasado, a vivir con pasión el presente y a abrirnos con confianza al futuro".  No estamos abandonados a nuestra propia suerte, sino que Dios nos acompaña en el camino y nos asiste con su providencia.