02/12/2022 – En el “Diálogo de Hermanos”, el rabino Marcelo Polakoff, referente de la comunidad hebrea en Córdoba, nos compartió sobre el encuentro desarrollado en Roma junto al papa Francisco en el marco del Congreso Judío Mundial. En medio del diálogo se amenizó con el texto del salmo 122 que dice: “¡Qué alegría cuando me dijeron: Vamos a la Casa del Señor! Nuestros pies ya están pisando tus umbrales, Jerusalén. Tú fuiste construida como ciudad bien compacta y armoniosa. Allí suben las tribus, las tribus del Señor ?según es norma en Israel? para celebrar el nombre del Señor. Porque allí está el trono de la justicia, el trono de la casa de David. Auguren la paz a Jerusalén: ¡Vivan seguros los que te aman! ¡Haya paz en tus muros y seguridad en tus palacios!. Por amor a mis hermanos y amigos, diré: La paz esté contigo. Por amor a la Casa del Señor, nuestro Dios, buscaré tu felicidad”.
“Volví por tercera vez al Vaticano y esta vez fue para participar de este congreso internacional. Yo soy el responsable del diálogo interreligioso a nivel latinoamericano. Esto es posible gracias al espíritu del Concilio Vaticano II, con Nostra Aetate”, manifestó Marcelo. Este declaración constituye uno de los documentos señeros del Vaticano II, cuyo contenido trata sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas. “Juan Pablo II fue quien más avanzó en este tema, seguido por Benedicto XVI y ahora el papa Francisco”, dijo Polakoff. “Los judíos ahora tenemos un texto que se llama “Nuestro vínculo” y surgió de este encuentro en Roma. Este documento define cómo es y deberá ser el vínculo entre nuestras dos tradiciones. Es algo muy bueno para nosotros”, subrayó el rabino.
“Cada casa, cada hogar, todos son casa del Señor. Jerusalén es figura de la casa del Señor y este encuentro en el Vaticano me parece que usó mucho esta imagen. Toda la creación es casa de Dios”, completó. Durante el congreso que se llevó a cabo en el Vaticano, el papa Francisco dijo: “A la luz del patrimonio que compartimos, consideremos el presente como un desafío que nos une, como un incentivo para actuar juntos. Nuestras dos comunidades de fe tienen encomendada la tarea de trabajar para que el mundo sea más fraterno, combatiendo las formas de desigualdad y promoviendo una mayor justicia, para que la paz no se quede en una promesa de otro mundo, sino que se convierta en una realidad del presente en nuestro mundo”. “Quienes nos reunimos aquí estamos ansiosos por promover nuestro vínculo con la Iglesia Católica. Hoy lanzamos el proceso de ‘Kishreinu’, que refuerza el futuro común de nuestros dos pueblos y presenta una nueva etapa en el vínculo católico-judío”, añadió Ronald Lauder, presidente del Congreso Judío Mundial.