Un amor indisoluble

viernes, 24 de mayo de 2024
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24/05/2024 – En la Catequesis de hoy el padre Sebastián García, destaca como en el Evangelio del día, San Marcos 10,1-12, vemos a un grupo de fariseos cuestionando a Jesús sobre si es lícito divorciarse de su mujer. Lo que buscan es poner a prueba al Señor, quien aprovecha la oportunidad para poner claridad.


Jesús fue a la región de Judea y al otro lado del Jordán. Se reunió nuevamente la multitud alrededor de él y, como de costumbre, les estuvo enseñando una vez más.Se acercaron algunos fariseos y, para ponerlo a prueba, le plantearon esta cuestión: “¿Es lícito al hombre divorciarse de su mujer?”.El les respondió: “¿Qué es lo que Moisés les ha ordenado?”.Ellos dijeron: “Moisés permitió redactar una declaración de divorcio y separarse de ella”.Entonces Jesús les respondió: “Si Moisés les dio esta prescripción fue debido a la dureza del corazón de ustedes.Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y mujer.Por eso, el hombre dejará a su padre y a su madre,y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne.Que el hombre no separe lo que Dios ha unido”.Cuando regresaron a la casa, los discípulos le volvieron a preguntar sobre esto.El les dijo: “El que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra aquella;y si una mujer se divorcia de su marido y se casa con otro, también comete adulterio”. San Marcos 10,1-12.

El Señor nos revela el plan original que tiene Dios respecto de cada uno de nosotros y como, por la dureza de nuestros corazones, fue necesario en algún momento hacer esa excepción. El anhelo fundamental del Padre es que nosotros podamos amarnos los unos a los otros en una fidelidad que nos lleve a, alguno, establecer un vínculo permanente, único e indisoluble para toda la vida. Animarnos a ser como Dios quiere también es animarnos al amor, a ser fieles y a que ese amor dure para siempre.