Un camino de retorno a la casa del Padre

jueves, 8 de marzo de 2012
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Muy buen día para todos, muy buen comienzo de jornada, empezamos nuestra catequesis de cada día.

 

La cuaresma se trata de un camino de regreso al Padre en su casa, un camino que queremos recorrer con vos desde las huellas que Jesús va dejando todos los días y lo vamos a hacer guiados y acompañados de San Ignacio de Loyola y sus Ejercicios Espirituales,  los consagramos al Cura Gaucho, José Gabriel del Rosario Brochero, él encontró en los Ejercicios un gran instrumento para la nueva evangelización.

 

 

A partir del 5 de marzo vamos a caminar detrás de las propuestas que nos trae San Ignacio de Loyola, siguiendo las pautas de sus Ejercicios. En la vida cotidiana, en las cosas de todos los días, San Ignacio planteó la posibilidad de encontrarse con Jesús en el ejercicio del Espíritu. Nos va a acompañar el Padre Ángel Rossi y la Hermana Marta.

 

Hacemos del encuentro de hoy un encuentro orante que prepare el gran ánimo y generosidad a todos los que iniciamos este camino detrás de la propuesta de San Ignacio de Loyola.

 

Tu rostro buscaré Señor, cuando llegaré a ver tu rostro…. Es la oración del Salmo que  nos pone expectantes a la manifestación del Señor, esa es la gracia que estamos pidiendo al Señor. el deseo profundo de buscarlo, de anhelar estar con él, de encontrar su querer y su voluntad, de seguir sus pasos, sus caminos. Querer que esta gracia se derrame en abundancia sobre todos los oyentes de nuestra Radio.

 

El hombre como buscador del querer de Dios se hace verdaderamente a su querer,  cuando en práctica pone lo que descubre qué es lo que Dios quiere, es decir cuando se decide a ir detrás del camino que Dios propone.

En este sentido para disponernos a recibir la gracia de los ejercicios es bueno entrar en esta búsqueda con mucha liberalidad, con mucha generosidad, también con mucho deseo de que podamos encontrarla para hacerla, para cumplirla, porque esta es una de las partes que define el ser hombre o mujer, las decisiones que hay que tomar en la vida. Hay que estar decidiendo casi constantemente. La vida se construye de las decisiones, sean pequeñas o grandes, se decide uno a la ropa que va a ponerse después de escuchar los datos del tiempo, hasta se decide que profesión uno va a seguir o con quién uno va a compartir la vida para siempre. en la vida querámoslo o no, marchamos hacia un lugar de definiciones permanente. De la propia persona y cuando con otros compartimos la vida, también en común decidimos. Uno puede decir que hay gente que se deja llevar, que vive en la no definición, el que no quiere definirse se define en la indefinición. No se puede permanecer en la vida pensando que uno puede demorar el hecho de definirse, en todo caso está definiendo y decidiendo hacerlo.

Por eso entrar con gran ánimo al los ejercicios con mucha generosidad, sabiendo que vamos a un lugar donde se va a acrecentar nuestra capacidad de elegir, nuestra capacidad de ser, si una parte importante de nuestro ser y de nuestro quehacer se define en las decisiones que vamos tomando, los ejercicios es un lugar clave para poder entrar en esa dinámica de personalización, de crecimiento personal y de poder optar, de poder decidir qué ser y cómo ser.

 

La ventaja que tenemos en el ámbito del encuentro con el Señor en los Ejercicios es que la definición no queda a la deriva de la propia razón o de la inteligencia o de la voluntad frágil con la que decidimos sino que es en el querer de Dios que ilumina nuestra inteligencia y fortalece nuestra voluntad para hacer su querer – que no es imposición que viene a violentar nuestra libertad – sino que es la oferta que él como padre bueno e inteligente, amante de sus hijos, nos propone porque sabe como sabio Dios qué es lo mejor para nosotros. Decidimos guiados y acompañados del querer de Dios, tan grande, tan inteligente, tan sabio. Iniciamos un camino de retorno a la casa del Padre, pero este retorno no es otro lugar que el encuentro con lo más profundo de nosotros mismos, porque como dice Jesús, hay muchas moradas en la casa del Padre y como dice Teresa de Jesús, esas moradas están en nuestro interior y en la más profunda habita el misterio escondido de Dios.

Un camino de encuentro con Dios y un camino de reencuentro con nosotros mismos, volver a la casa del Padre para que encontremos lo que nos hace felices, ser lo que estamos llamados a ser.

 

 

Te pedimos Padre bueno que con tu gracia y misericordia nos toques el corazón, en lo más profundo, para que en estos ejercicios nos ayudes a hallar tu voluntad Señor en cada día, Amén

 

Estamos en esta catequesis preparando la tierra para recibir la gracia que durante estos días de cuaresma el Señor nos regala, siguiendo los caminos de Ignacio de Loyola.

 

El camino que nos propone Ignacio es un camino de crecimiento en la libertad interior con gran ánimo y generosidad. Libertad que se construye desde la libertad divina, en el amor de Dios. Aprendemos a encontrar su querer – que nunca limita – que abre a más, porque el amor de Dios busca nuestra felicidad y nuestra plenitud. Su querer revela eso, la presencia del amor de Dios en el corazón de los que van encontrando su querer multiplica el ejercicio de la libertad donde somos artífices de nuestro propio destino. Y lo elegimos desde lo dado, de lo ya recibido, por eso es tan importante encontrarnos con la verdad de lo que somos, de elegir desde lo que somos y con lo que tenemos. Con eso es suficiente para comenzar a recorrer un camino, elegimos desde lo dado, elegimos desde lo recibido, elegimos desde las circunstancias en que la vida nos permitió estar donde estamos. A veces la evaluación que hacemos son en comparación con otras circunstancias las que nos hacen quejosos y quisiéramos "como no haber tenido" "cómo no haber sido" cuando en realidad todo lo que tenemos que llegar a ser está hecho a partir desde dónde hoy te encontras y ese poder ser lo que estás llamado a ser, depende si te encontras con ese proyecto que el Padre bueno Dios ha soñado para tu vida. Sos un milagro de Dios, sos un regalo de Dios y que puedas descubrir eso es suficiente para que las circunstancias que rodearon tu vida pasen a ser sencillamente circunstancias y lo esencial se encuentre en relación a este misterio de Dios vivo cercano a tu corazón que te invita no solamente a aceptar sino a elegir desde donde estás cómo sos, hacia adelante se abre el camino, hacia atrás queda la misericordia de Dios y en el frente nos espera su providencia.

 

La gracia que pedimos especialmente para todos los ejercitantes es la gracia del discernimiento de Espíritu, esta gracia de sabiduría, saber distinguir la voz de Dios de las otras voces que resuenan dentro de nosotros y que esa voz de Dios se vaya abriendo camino entre tanto ruido que suele haber dentro de nuestro interior y encontrarla detrás de esa presencia del Señor con su querer y su voluntad.

Discernimiento de Espíritu es uno de los dones que Dios regala en los Ejercicios y lo pedimos para darle la bienvenida. Qué nosotros podamos desde lo simple, lo sencillo, lo cotidiano y lo casero, encontrar en discernimiento el querer y la voluntad de Dios y que en ese querer y voluntad, nuestra vida se vaya reformando. Que el amor de Dios se vaya grabando en nosotros y desde ese amor de Dios descubramos que todo puede comenzar a ser nuevo.

 

Liberalidad interior, gran generosidad, disposición, buen ánimo, pedimos esta gracia para dejarnos mover y conducir por el Espíritu Santo.

 

Ser movidos por el Espíritu es lo que va configurando a Cristo en lo más hondo de mi propia personalidad, de modo que Cristo ama en mi, decide en mi, trabaja en mi, y a través de mi actúa en el mundo. Soy yo mismo, pero en último término es Cristo quien vive en mí, renueva en mi el misterio de su muerte y de su resurrección, en las grandes decisiones que comprometen mi vida entera.

Decidirse a hacer los ejercicios es una gracia que la pedimos al Señor para que se derrame abundantemente. Para que sea mucha la gracia derramada, para que abrace a tantos…. esto lo pedimos con insistencia al Señor para que la vuelta a Cristo por el camino de los Ejercicios sea un don de este instrumento de la Radio para gloria de Dios y bendición de su pueblo.

 

Que tengan todos un muy buen fin de semana y oremos por los Ejercicios de San Ignacio, es una gracia inmensa que Dios regala a nuestra obra.