Un corazón renovado en la escucha

miércoles, 20 de julio de 2022
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20/07/2022 – En el programa del día del amigo dedicamos un espacio de la Catequesis para recordar, a través de una sencilla semblanza, al Padre Diego Fares sj, que partió ayer a la casa del Padre, en Roma.

Luego, compartimos la reflexión del evangelio, en Mateo 13, 10-17, para pedirle a Jesús que lo podamos ver y escuchar en lo que acontece en nuestra vida mientras vamos a avanzando en el camino; y para finalizar profundizamos en el informe Nº18 del CEMAIS.

 

Semblanza del Padre Diego Fares

El Padre Diego ha dejado un hermoso legado a través de su sacerdocio. En el último tiempo estuvo muy cerca del Papa Francisco, como hijo espiritual y como colaborar del Santo Padre. Muy amigo de nuestro Arzobispo, el Padre Ángel Rossi sj., que venía acompañándolo muy de cerca en este tiempo, y con mucha presencia de amitad en el país por su tarea como pastor.

Filósofo muy reconocido, colaboraba recientemente con la Civiltà Cattolica, fundó de la Casa de San José en Buenos Aires, colaborador de Manos Abiertas en Argentina y muy cercano también a Radio Maria Argentina, ayudándonos a discernir también la tarea de esta obra de Maria.

El Padre Diego Fares compartió sus reflexiones en distintos espacios de nuestra programación, lo recordamos en uno de esos momentos, compartiendo sobre el Sagrado Corazón de Jesús:

Es el corazón el que humaniza, el corazón nos permite humanizar lo que nos dicta el cerebro y a lo que nos empujan las pasiones; el corazón, como dice Romano Guardini autor tan querido por el Papa, es el que liga en nosotros el espíritu con la materia, el instinto con la persona. Solo el corazón puede hacer eso, unir estas cosas tan distintas. Y lo hace en virtud del amor, de la amistad cordial”.

Agradecidos por su ministerio y encomendando nuestra misión también a sus manos, celebramos esta Pascua con el dolor de la parida y la alegría de la bienvenida a la casa del Padre de nuestro querido amigo, el Padre Diego Fares.

 

Un corazón renovado en la escucha

Una primera consigna para adentrarnos en el texto del evangelio sería esta: para entender a Dios tenemos que aprender a ejercitarnos en la escucha. 

Los discípulos se acercaron y le dijeron: «¿Por qué les hablas por medio de parábolas?». El les respondió: «A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden. Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: “Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán. Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure”. Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron.

Mateo 13, 10-17

 

El evangelio nos advierte que la incapacidad de comprender a Dios no pasa por nuestra capacidad de razonar, si no de entenderlo desde un corazón renovado en la escucha.

Tenemos que ejercitarnos en la capacidad de darle la bienvenida en el sentir interior al Dios que habla al corazón. Es por el camino de la escucha interior de Dios desde donde crecemos en la posibilidad de que su palabra tenga fuerza transformadora en nuestras vidas, produciendo mucho fruto, reflexionó el Padre Javier.

 

Disponernos a conversar

Hay que crear espacios para el encuentro. Lo primero que tenemos que hacer es disponernos a conversar, intentar ponerle palabras, orar. Reflexionar con nosotros mismos y conversar con los demás. Solo mediante este proceso interior podemos encontrar el misterio de lo que está escondido dentro nuestro. Es el Espíritu quien afina la interioridad para este hallazgo.

Cuando el corazón se abre a la escucha de Dios se produce un ardor interior, un modo pasional de vivir, y aunque uno quisiera bajarle la intensidad, ese fuego no se puede ahogar.

 

Escuchar para cambiar la realidad

En relación a lo reflexionado en la Catequesis sobre ‘escuchar para cambiar la realidad’, compartimos también lo trabajado por el CEMAIS como modo de observar la realidad, discernir sobre ella y actuar para transformarla.

Preocupa cómo la situación de los jóvenes Ni-Ni-Ni; se trata de jóvenes que ni estudian, ni trabajan, ni buscan trabajar. Analizamos esta realidad con Edgardo Dainotto presidente de Hombre Nuevo y responsable del CEMAIS.

“Con una metodología más abarcativa se hace un recorte de las personas que están entre los 15 y 29 años para estudiar si estos jóvenes estudian, trabajan o buscan trabajar”, comentó Edgardo Dainotto. “Una de cada tres mujeres pobres ni tiene trabajo ni busca trabajo; están atadas a pautas culturales que las obligan a quedarse en su casa (cuando la tienen)” agregó, ya que a su cargo suelen quedar los niños y los adultos de sus grupos familiares. Esta realidad hace que las mujeres abandonen más la escuela secundaria que los varones, y retoman menos que los varones el secundario de adultos, y así se van “quedando afuera”.

Como en cada informe del Cemais, desde la propuesta del «Ver, Juzgar y Actuar», se presentan posibilidades de acción para mejorar la realidad social.

Para profundizar sobre en la Catequesis de hoy accede al audio que acompaña esta nota; además podés leer el informe del CEMAIS en www.hombrenuevo.org.ar o ingresando aquí.