¿Un paso hacia la paz en Medio Oriente? Luces y sombras de un frágil acuerdo

martes, 14 de octubre de 2025

14/10/2025 – Tras dos años de un conflicto brutal que dejó miles de víctimas civiles y una región devastada, la reciente tregua entre Israel y Hamás abre una posibilidad inédita de distensión. El acuerdo, que incluyó la liberación de 20 rehenes israelíes y la excarcelación de 1.968 prisioneros palestinos, ha sido celebrado en todo el mundo como un gesto de humanidad. Sin embargo, como advierte el analista internacional Marcelo Taborda, «para esa paz que todo el mundo anhela, todavía faltan muchos puntos para creer que realmente está alcanzándose».

El cese de hostilidades llega después de la escalada que comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando ataques de Hamás desataron una represalia israelí calificada como genocida por algunos organismos internacionales. La ofensiva dejó más de 67.000 muertos, según cifras citadas por Taborda, y convirtió a la Franja de Gaza en una “montaña de escombros”. En este contexto, el repliegue del Ejército israelí hacia una línea divisoria es leído por algunos como un gesto de cumplimiento parcial del acuerdo, aunque el analista subraya que “las partes se están midiendo mutuamente” y que “a la primera de cambio podrían volver las incursiones”.

Uno de los principales impulsores del acuerdo ha sido el presidente estadounidense Donald Trump, quien presentó el pacto de 20 puntos como el inicio de “una era dorada para Medio Oriente”. Para Taborda, sin embargo, se trata más de un intento de capitalizar políticamente el escenario: “Trump tiene en su idea personalista de gobierno buscar una suerte de Nobel de la Paz”, señaló. “Un día amanece con un mensaje conciliador, y al día siguiente amenaza con ‘abrir las puertas del infierno’, como dijo sobre Hamás”. La estrategia de Trump, para Taborda, combina “el palo y la zanahoria”, y no se aleja de su estilo ampuloso y cambiante.

El plan presentado por Trump ha despertado preocupación en sectores críticos, especialmente por sus propuestas de reconstrucción. Según Taborda, la idea de transformar Gaza en una “riviera del Mediterráneo” con hoteles cinco estrellas y desplazar a los palestinos a países vecinos como Egipto o Jordania fue vista como una “capitulación ofensiva” y, para muchos, como una forma de “limpieza étnica”. Aunque en las últimas horas el presidente estadounidense buscó matizar ese planteo, su credibilidad internacional sigue siendo frágil. «Lo que hay que celebrar en concreto es el intercambio de rehenes y prisioneros como una forma de dar un paso concreto hacia la posibilidad del avance de un acuerdo», enfatizó Taborda.

En cuanto a la viabilidad de una paz duradera, el panorama sigue siendo incierto. «Yo sería cauto en hablar de paz», advirtió el especialista. “Hablaría de un acuerdo parcial de cese del fuego, porque para la paz se han intentado procesos que tuvieron muchas marchas y contramarchas. No queremos frustrarnos si mañana amanecemos con nuevas incursiones o atentados”. De hecho, Taborda recordó que incluso tras el anuncio, se registraron ataques de drones israelíes y ejecuciones sumarias de supuestos colaboradores por parte de Hamás.

Finalmente, Taborda destacó que las presiones internacionales también fueron clave para que Israel aceptara el alto el fuego. “Hubo manifestaciones en todo el mundo, pronunciamientos de 142 países en la ONU y crecientes denuncias por crímenes de guerra”, detalló. Incluso aliados históricos como Francia, el Reino Unido y Canadá reconocieron abiertamente al Estado palestino. “Ese aislamiento diplomático y el desgaste interno en la sociedad israelí fueron elementos decisivos”, concluyó. Aunque el acuerdo marca un avance, el futuro del proceso de paz sigue colmado de interrogantes y amenazas latentes.

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