Una escuela en estado de misión

 

El documento de Aparecida describe la escuela católica como lugar de formación de discípulos misioneros de Jesucristo. Para vivir como discípulos misioneros y formar discípulos misioneros de Jesús (Cf. DA 338) Con este objetivo Aparecida nos invita a “entrar en estado de misión”

Los actores educativos de la Escuela Católica deben conocer a fondo la Palabra para poder brindar lo que es bueno, todo lo que es seguro (DA 246)

 

Es hora de cambios profundos, es hora de una conversión pastoral (Cf. DA 3 65, 370). La escuela católica esta llamada a una profunda renovación (Cf. DA 337)

 

1.      Necesitamos apuntar a crear “comunidades de docentes” misioneros, deseosos de ser diferentes, maduros, artífices de comunión que no es solamente sentarse alrededor de una misma mesa para “organizarse mejor” sino que juntos puedan interrogarse sobre los contenidos curriculares y los valores que enseñan a través de ellos.

 

2.      En el mejor de los casos llegamos a tener un “equipo de pastoral”, pero ahora se trata de tener una escuela en estado de misión. Necesitamos pensar en un proyecto educativo institucional que contemple este objetivo: Ser y formar discípulos misioneros . Esto incluye la calidad educativa en todos los órdenes.

 

 

 

·        Tiene a CRISTO como centro en el proyecto educativo de la escuela  y es visible con toda claridad.

·        La educación esta centrada en la persona humana como hijo de Dios, capaz de vivir en comunidad

·        No se encierra en si misma.

·        No se deja llevar por la tentación de creer que puede sola, sino que afianza la comunión y la participación

, hacia dentro y hacia fuera de la escuela

 

·        Pasa de la sensibilidad social que es apenas el primer paso, al servicio misionero concreto.

·        Apunta a la formación de hombres y mujeres nuevos

·        Vive una espiritualidad misionera

·         Enfrenta el desafío de una escuela en estado de misión como proyecto que asumen todos los docentes, padres y alumnos