AmbientaciónSe puede preparar un pequeño altar con un mapa del mundo y una cruz.
MotivaciónInvitar a los participantes a compartir alguna experiencia vivida durante una misión. Si el Grupo Misionero es nuevo y ninguno tiene experiencia de misión, compartir alguna situación en la que hayan compartido su testimonio de fe con otras personas.
IluminaciónInvitar a leer en pequeños grupos algunos textos del magisterio y a responder en grupo lo siguiente:
1. ¿Conozco los documentos de la Iglesia que hablan de la misión?2. ¿Vivo la misión según las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia? ¿Qué le falta a nuestro modo de entender y vivir la misión?
¿Qué es la Misión?
Las empresas peculiares con que los heraldos del Evangelio, enviados por la Iglesia, yendo a todo el mundo, realizan el encargo de predicar el Evangelio y de implantar la Iglesia misma entre los pueblos o grupos que todavía no creen en Cristo, comúnmente se llaman "misiones". (AG 6)
Objetivos de la Misión
1.- Nosotros, como discípulos de Jesús y misioneros, queremos y debemos proclamar el Evangelio, que es Cristo mismo. Anunciamos a nuestros pueblos que Dios nos ama, que está cerca con el poder salvador y liberador de su Reino, que nos acompaña en la tribulación, que alienta incesantemente nuestra esperanza en medio de todas las pruebas. Los cristianos somos portadores de buenas noticias para la humanidad. (DA 29). La tarea de la evangelización de todos los hombres constituye la misión esencial de la Iglesia.. Ella existe para evangelizar. (EN 14). El medio principal de la misión es la predicación del Evangelio de Jesucristo, para cuyo anuncio envió el Señor a sus discípulos a todo el mundo. (AG 6)
2.- La comunión y la misión están profundamente unidas entre sí… La comunión es misionera y la misión es para la comunión (DA 163). La vocación al discipulado misionero es con-vocación a la comunión en su Iglesia. No hay discipulado sin comunión. Esto significa que una dimensión constitutiva del acontecimiento cristiano es la pertenencia a una comunidad concreta, en la que podamos vivir una experiencia permanente de discipulado y de comunión con los sucesores de los Apóstoles y con el Papa. (DA 156). El fin propio de esta actividad misional es la evangelización e implantación de la Iglesia en los pueblos o grupos en que todavía no ha arraigado. De suerte que de la semilla de la palabra de Dios crezcan las Iglesias autóctonas particulares en todo el mundo suficientemente organizadas y dotadas de energías propias y de madurez, las cuales, provistas convenientemente de su propia Jerarquía unida al pueblo fiel y de medios connaturales al plano desarrollo de la vida cristiana, aporten su cooperación al bien de toda la Iglesia. (AG 6)
3. – El proyecto de Jesús es instaurar el Reino de su Padre. Por eso, pide a sus discípulos: “¡Proclamen que está llegando el Reino de los cielos!”. La propuesta de Jesucristo a nuestros pueblos, el contenido fundamental de esta misión, es la oferta de una vida plena para todos. (DA 361). El testimonio de vida cristiana es la primera e insustituible forma de la misión, la vida misma del misionero, la de la familia cristiana y de la comunidad eclesial, que hace visible un nuevo modo de comportarse. El misionero que, aun con todos los límites y defectos humanos, vive con sencillez según el modelo de Cristo, es un signo de Dios y de las realidades trascendentales. Este testimonio, en muchos casos, es el único modo posible de ser misioneros. El testimonio evangélico, al que el mundo es más sensible, es el de la atención a las personas y el de la caridad para con los pobres y los pequeños, con los que sufren. La gratuidad de esta actitud y de estas acciones, que contrastan profundamente con el egoísmo presente en el hombre, hace surgir unas preguntas precisas que orientan hacia Dios y el Evangelio. Incluso el trabajar por la paz, la justicia, los derechos del hombre, la promoción humana, es un testimonio del Evangelio, si es un signo de atención a las personas y está ordenado al desarrollo integral del hombre. (RMi 42)
Oración Invitar a los participantes a pedir con una oración espontánea, por la misión que realizan nuestros misioneros argentinos en cada uno de los cinco continentes.
Miguel Angel López Mena