Una Pastoral de los jóvenes

jueves, 10 de junio de 2021
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10/06/2021 – Esta semana, junto al padre Javier Soteras, continuamos recorriendo la Exhortación Apostólica “Cristo Vive” del Papa Francisco dedicada a los jóvenes y, en particular, comenzamos a desandar el Capítulo 7 titulado “La Pastoral de los Jóvenes”.

En el punto 204 del Documento el Papa Francisco expresa: “Los jóvenes nos hacen ver la necesidad de asumir nuevos estilos y nuevas estrategias. Mientras los adultos suelen preocuparse por tener todo planificado, con reuniones periódicas y horarios fijos, hoy la mayoría de los jóvenes difícilmente se siente atraída por esos esquemas pastorales. La pastoral juvenil necesita adquirir otra flexibilidad, y convocar a los jóvenes a eventos, a acontecimientos que cada tanto les ofrezcan un lugar donde no sólo reciban una formación, sino que también les permitan compartir la vida, celebrar, cantar, escuchar testimonios reales y experimentar el encuentro comunitario con el Dios vivo”.

Al respecto el padre Javier señaló que la casa para los jóvenes debería ser con puertas circulares, es decir, con “mucha movilidad porque lo marca la dinámica y la perspectiva de los jóvenes” y agregó también: “Las nuevas generaciones tienen un acceso a la realidad y al conocimiento de una agilidad distinta, entonces hay que, adaptar los procesos a ese tipo de cultura y hacerlo de una vitalidad distinta”.

Asimismo, el padre Javier expresó que la perspectiva del encuentro es la que “nos habilita para salir de esquemas prefijados o que fueron “buenos y exitosos en otros momentos”, por lo que “la dinámica de lo juvenil implica otro modo de estar presente y de permitir la movilidad hacia un ritmo diferente”, añadió.

Una búsqueda que supone preguntas

“La pastoral juvenil implica dos grandes líneas de acción. Una es la búsqueda, la convocatoria, el llamado que atraiga a nuevos jóvenes a la experiencia del Señor. La otra es el crecimiento, el desarrollo de un camino de maduración de los que ya han hecho esa experiencia”. ( CV 208-209)

Con respecto a esos puntos, el Padre Javier dijo que “la búsqueda siempre supone preguntas. Lo que hay que favorecer es que esos cuestionamientos emerjan en un contexto de diálogo, de calidez y apertura y no de prejuicios, sino de darle la bienvenida al otro”. De esta manera, “facilitamos que ese joven se pueda realizar las preguntas, sólo que no están verbalizadas no hay quién las reciba y, una vez que, se
ha hallado hay que permitir el desarrollo a transitar su camino”, agregó.

El padre Javier Soteras, Director de Radio María, nos acompaña en este espacio

El punto 211 de “Cristo Vive” dice: “En esta búsqueda se debe privilegiar el idioma de la proximidad, el lenguaje del amor desinteresado, relacional y existencial que toca el corazón, llega a la vida, despierta esperanza y deseos. Es necesario acercarse a los jóvenes con la gramática del amor, no con el proselitismo. El lenguaje que la gente joven entiende es el de aquellos que dan la vida, el de quien está allí por ellos y para ellos, y el de quienes, a pesar de sus límites y debilidades, tratan de vivir su fe con coherencia.”

En torno a esto el padre Javier comentó que en el lenguaje nos aproximamos con la inteligencia del corazón, que es la que distingue el Papa Francisco. Es decir, no se hace con planteos lúcidos o inteligentes sino con la inteligencia cardíaca, propia del que sabe leer y estar cerca por empatía.

En el punto 212 expresa el Papa Francisco: “Con respecto al crecimiento, quiero hacer una importante advertencia. En algunos lugares ocurre que, después de haber provocado en los jóvenes una intensa experiencia de Dios, un encuentro con Jesús que tocó sus corazones, luego solamente les ofrecen encuentros de “formación” donde sólo se abordan cuestiones doctrinales y morales: sobre los males del mundo actual, sobre la Iglesia, sobre la Doctrina Social, sobre la castidad, sobre el matrimonio, sobre el control de la natalidad y sobre otros temas. El resultado es que muchos jóvenes se aburren, pierden el fuego del encuentro con Cristo y la alegría de seguirlo, muchos abandonan el camino y otros se vuelven tristes y negativos. Calmemos la obsesión por transmitir un cúmulo de contenidos doctrinales, y ante todo tratemos de suscitar y arraigar las grandes experiencias que sostienen la vida cristiana”.

Esto sería como “como quitarle peso al encuentro”, señaló el padre Javier y resaltó que “las buenas ideas y los buenos comportamientos vendrían a darle cauce al encuentro, cuando en realidad, es la dinámica misma del encuentro con el Señor la que trae preguntas, la que nos pone de cara al límite”.

Te invitamos a escuchar el programa completo en el audio al inicio de esta nota