19/08/2025 – En «Por la vida», el Dr. Nicolás Lafferriere conversó con Miguel Pastorino, doctor en Filosofía y máster en Bioética, sobre la situación actual del debate en torno a la eutanasia en Uruguay.
El especialista explicó que el proyecto de ley sobre eutanasia fue inicialmente presentado en 2020 por un legislador de derecha del Partido Colorado. Más adelante, la izquierda presentó un nuevo proyecto, que fue el que finalmente prosperó. Este proyecto fue votado en 2022 y recientemente volvió a obtener media sanción en la Cámara de Diputados, tras haber caído anteriormente debido a un cambio de gobierno. Ahora se espera que el Senado lo trate en los próximos meses. Cuenta con mayoría parlamentaria en la cámara alta, por lo que se prevé que el proyecto sea aprobado hacia noviembre o diciembre.
Sin embargo, Pastorino advirtió que hay esperanzas de que el texto pueda ser modificado, ya que ha sido fuertemente criticado, no solo por quienes se oponen a la eutanasia, sino incluso por algunos sectores que están a favor. Estas críticas apuntan especialmente a la falta de garantías que ofrece el proyecto, lo que genera preocupación en diversos ámbitos, incluso entre quienes plantean una legislación más amplia sobre el llamado «homicidio piadoso».
Uno de los puntos más cuestionados es la eliminación del término «paciente terminal» en el artículo 2 del proyecto. Aunque en bioética moderna el término ha sido parcialmente dejado de lado, en el imaginario general se entiende que se refiere a personas con expectativa de vida muy limitada. Sin embargo, en el texto actual del proyecto ya no se alude a este tipo de pacientes. A pesar de ello, muchos legisladores continúan utilizando ese lenguaje en la defensa pública de la ley, lo que resulta contradictorio.
«El proyecto se refiere a personas con enfermedades incurables e irreversibles, es decir, a enfermedades crónicas que muchas personas padecen desde los 40 años en adelante: hipertensión, diabetes, artrosis, entre otras» señaló Pastorino, a la vez que adviritó que «esto abre la puerta a una interpretación muy amplia, ya que no se trata únicamente de padecer la enfermedad, sino también de experimentar un «sufrimiento insoportable» y un «deterioro de la calidad de vida. Ambos conceptos son extremadamente subjetivos y no están claramente definidos por la ley, lo que podría generar serias implicancias».
El especialista señaló que en Uruguay son frecuentes los casos de adultos mayores que sienten que su vida carece de calidad, sufren emocionalmente por abandono o soledad, y presentan múltiples enfermedades crónicas. Según su visión, este perfil encajaría fácilmente en los criterios establecidos por el proyecto, lo cual podría ampliar excesivamente el alcance de la ley.
Otro punto preocupante que destacó es el del artículo 4, que establece que se le informará al paciente sobre los tratamientos disponibles, incluidos los cuidados paliativos. No obstante, el proyecto no exige que el paciente efectivamente acceda a esos cuidados antes de solicitar la eutanasia. Es decir, una persona que está sufriendo puede no recibir alivio ni acompañamiento adecuado, y la única alternativa real que se le presenta es la muerte asistida.
“La persona está sufriendo, no le aseguran cuidados paliativos, y la única oferta es matarla”, resumió Pastorino, quien considera que en estas condiciones se trata más de una forma de abandono que de una opción libre y acompañada», advirtió.
La preocupación por los vacíos y ambigüedades del proyecto sigue generando un intenso debate en la sociedad uruguaya, y aún resta ver si el Senado introducirá modificaciones antes de su aprobación definitiva.
Además de este tema central, el programa contó con las columnas habituales de especialistas invitados junto a las novedades de la semana, con los temas más relevantes a nivel nacional e internacional en torno a la vida y la familia.
Podés escuchar el programa completo en el audio que acompaña esta nota.