03/08/2022 – En una nueva edición del ciclo sobre la espiritualidad del voluntariado, María Cecilia Jaurrieta nos invitó a reflexionar en torno a cómo descubrir creativamente herramientas para dar respuesta a nuestros hermanos, a partir de nuestro compromiso cotidiano, viendo en ellos a Jesús.
Partimos con una oración tomada de las plegarias eucarísticas:
“Danos entrañas de misericordia frente a toda miseria humana, inspíranos el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado. Ayúdanos a mostrarnos disponibles ante quien se siente explotado y deprimido. Que tu Iglesia, Señor, sea un recinto de verdad y de amor, de libertad, de justicia y de paz, para que todos encuentren en ella un motivo para seguir esperando. Que quienes te buscamos sepamos discernir los signos de los tiempos y crezcamos en fidelidad al Evangelio; que nos preocupemos de compartir en el amor las angustias y tristezas, las alegrías y esperanzas de todos los seres humanos, y así les mostremos tu camino de reconciliación, de perdón, de paz…”
Las acciones del voluntariado con un fin determinado pueden ser emprendidas por organizaciones que ya tienen larga trayectoria en la Iglesia: Acción católica, las conferencias vicentinas, Legión de María o la orden franciscana seglar, o también pueden crearse grupos de animación del voluntariado.
En las organizaciones tradicionales no se involucraran todos en forma activa porque tendrán que cuidar o atender sus obligaciones de estado. En cambio en los grupos de voluntarios creados especialmente todos estarán comprometidos con la acción.
Creo que no hay que tener que recordar que en nuestro compromiso cotidiano viendo a Jesús en el hermano tenemos que dar una respuesta porque Jesús vino a sanar el hombre entero.
Tomando como ejemplo el tema de la soledad es importante:
Ver: Descubrir qué necesidad o qué signos de los tiempos nos está hablando
Juzgar: discernir las causas del problema que observamos. Por ejemplo, en el caso de la soledad -que es multicausal- podemos examinar qué manifiestan las personas que se sienten solas. Juzgar es un diagnóstico que trata de analizar para dar mejor respuesta a lo que vamos a emprender. En este sentido, por ejemplo, para las personas solas puede ser mas oportuno organizar un paseo o una función de cine, una peregrinación, un espacio de baile o lúdico.
Muchos grupos de ayuda mutua se convierten, por mala animación, en muro de lamentos y al final todos huyen. Hay que saber combinar las estrategias o los abordajes
Actuar: es imprescindible que haya un grupo animador, que no haya ‘llaneros solitarios’ porque así no funciona. Hay que capacitarse mínimamente con respecto a lo que es formar un grupo.
En el programa nos acompañó Claudio Martín Loria, licenciado en Enfermería y Psicólogo, docente y voluntario en la parroquia Medalla Milagrosa con su servicio profesional.
El Licenciado Claudio nos compartió su experiencia en tratar los efectos post-pandemia que ha dejado muchas secuelas, entre ellas la soledad y el aislamiento social y brindó consejos para mantenerse conectados y reinsertarse en las comunidades.
Te invitamos a escuchar el programa completo en el audio que acompaña esta nota