Virtudes Cristianas: La Perseverancia

jueves, 2 de marzo de 2023
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“Todo terminará bien”

28/02/2023 – Compartimos un nuevo encuentro con el padre Héctor Espósito, sacerdote vicentino, párroco en la Parroquia Nuestra Señora Del Rosario, en Villa del Rosario, en Córdoba.

Junto a él, compartimos el ciclo sobre Virtudes Cristianas. En esta oportunidad, profundizamos sobre la perseverancia.

Iniciamos la reflexión con el texto de la carta de San Pablo a los Romanos, en el capítulo 8, versículos del 28 al 39:

“Sabemos, además, que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, de aquellos que él llamó según su designio. En efecto, a los que Dios conoció de antemano, los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el Primogénito entre muchos hermanos;y a los que predestinó, también los llamó; y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó.

¿Qué diremos después de todo esto? Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
El que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos concederá con él toda clase de favores? ¿Quién podrá acusar a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién se atreverá a condenarlos? ¿Será acaso Jesucristo, el que murió, más aún, el que resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros? ¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada?

Como dice la Escritura: Por tu causa somos entregados continuamente a la muerte; se nos considera como a ovejas destinadas al matadero. Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria, gracias a aquel que nos amó. Porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales, ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor”.

El Padre Héctor nos explica que la perseverancia es una virtud que inclina a persistir en el ejercicio del bien a pesar de la molestia que su prolongación nos ocasione. Ese rever constante con el espejo retrovisor genera angustia y desazón. Si he decidido dar la vida para defender la Patria o contraer matrimonio, no es bueno para la paz de mi alma revisar mi decisión a cada paso y cada instante, sino centrar mis fuerzas en mantener mi objetivo según lo haya valorado en su momento como lo mejor y más importante. De ahí que la perseverancia deba estar asistida de la virtud cardinal de la fortaleza, para no desmayar en el objetivo emprendido a través del tiempo.

La persona perseverante no es la rutinaria que hace las cosas de una manera metódica, casi sin pensarlas ni razonarlas, que encuentra una huella y la sigue sin plantearse nada. La persona perseverante a elegido un camino bueno se ha decidido a alcanzar una meta que primero ha visto y analizado como buena. La abrazará, enfrentara los obstáculos y no mermará su esfuerzo por alcanzarla. Volverá a empezar a pesar de la contrariedad. Su meta es el logro del objetivo a alcanzar. “Persevera y triunfarás” dice el sabio refrán popular. Y la persona perseverante mira siempre su objetivo con luces largas, no con las cortas.

Como cada semana, para terminar este espacio de catequesis, el padre Héctor Espósito nos propuso rezar juntos: YA NO TEMO, SEÑOR