¿Cómo vivir la Pascua en un mundo indiferente?

miércoles, 12 de abril de 2017

Salta

12/04/2017- La Semana Santa es, junto con la Navidad, la época litúrgica más importante para quienes vivimos la fe cristiana. Pero en nuestra sociedad actual puede cobrar significados diferentes en los cuales el paquete turístico, los días de descanso y los huevos de Pascua son quienes cobran protagonismo. El pasado Martes visitó los estudios de Radio María la hermana Silvia Somaré, Esclava del Corazón de Jesús, licenciada en Ciencias Religiosas y orientadora familiar, para dar una mirada que ayude a ubicarnos en la Semana Santa en un mundo indiferente a su significado.

Es innegable que, en épocas en que las personas viven apuradas y con cansancio, la oportunidad de aprovechar cuatro días de descanso es muy atractiva. Y no está mal tomar este tiempo para relajarse, compartir en familia y viajar. Pero ¿cómo podemos escuchar y poner en práctica lo que Jesús tiene para decirnos, en un mundo que es indiferente a Él? “Para entrar en el significado de la Semana Santa, podemos poner el acento en el adjetivo: por qué es Santa y para qué nos sirve”, dijo la hermana Silvia, agregando que este tiempo es propicio para reflexionar qué cosas de nuestra vida deben morir en la Cruz para que podamos resucitar con Jesús.

La entrada humilde y sencilla de Jesús a Jerusalén montado en un burro y la entrega de su vida en la Cruz son los actos de amor y misericordia más grandes que nos entregó. Por esto, en este tiempo de volver a pasar por el corazón la entrega de Jesús, somos llamados a distinguir qué podemos hacer y cómo por esas personas que necesitan, no sólo bienes materiales, sino la presencia de Jesús en su vida. Rezar por aquellos a los que buscamos acercar a Dios es lo principal y más hermoso que podemos ofrecerles. “Pero, también, podemos salir a su encuentro con una propuesta sencilla, como los gestos de Jesús hacia nosotros, a compartir lo que nos llega y nos llena a los cristianos en Semana Santa: ‘a mi esto me hace bien, acompañame.’ Uno nunca sabe cuánto puede dar en esta sinergia que es la gracia de Dios”, sugirió la religiosa.

Con su vida y su entrega en la Cruz, Jesús nos demuestra que Él es el Señor de la Misericordia, que nos llama a ser como Él. En esta semana, el Papa Francisco nos invita a responder este amor infinito con un poco de amor concreto, poniendo en práctica la “cultura de la misericordia”, en la que podemos distinguir cuatro etapas. Primero, la oración asidua por todas las personas, cercanas y alejadas de Dios. Luego, disponernos en apertura a la acción del Espíritu Santo, que nos dice cómo y por dónde seguir a Dios. Otra etapa implica familiarizarnos con la vida de los santos para conocer la manera en que vivían su cercania con Cristo Crucificado. Finalmente, el Santo Padre nos invita a la cercanía concreta con los pobres, no sólo pobres materiales, sino los que no han vivido en su interioridad la misericordia de Dios.

La Semana Santa implica por nuestra parte un acompañamiento a Jesús y a María en el momento de intenso dolor. Pero muchas personas confunden este gesto con el cumplimiento de costumbres propias de esta época, modificando sus dietas y haciendo ayunos y abstinencias, sin meterse a fondo en los significados de estos sacrificios. “Los signos nos ayudan a conmemorar pero no hace falta hacer gastos excesivos para comer otra cosa. ¡Come lo de siempre! ¡El tema es que tu corazón no haga lo de siempre!”, dijo la hermana Silvia. A la vez muchas personas consideran necesario tomar una postura de tristeza y duelo, no hacer planes y poner rostro de sufriente. La hermana Silvia aclaró que eso puede deberse a una mala catequesis de la Iglesia. “Es necesario vivirlo con alegría. Ya sabemos el final de la película: ¡Jesús va a resucitar!”, aclaró.