Volvamos la mirada al Niño Dios

miércoles, 8 de enero de 2014
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Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: "¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo".

Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías. "En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel".

Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: "Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje".

Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño.

Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría,y al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra.Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.

                                                                                                                             San Mateo 2, 1-12

 

06/01/2014 – Comenzamos la semana compartiendo la catequesis de cada mañana junto al padre Roberto Álvarez , sacerdote de las parroquias Nuestra Señora del Rosario y Nuestra Señora de Fátima en la ciudad de Cosquín.
En el día de la Epifanía del Señor, el padre Álvarez compartió la catequesis en torno al Evangelio del día. Para ponernos en presencia del Señor nos invito a rezar el siguiente poema de Lope de Vega que la liturgia comparte en la primera vispera de las fiestas. 

 


La llegada de los Reyes Magos


Reyes que venís por ellas,
no busquéis estrellas ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Reyes que venís de Oriente
al Oriente del sol solo,
que más hermoso que Apolo,
sale del alba excelente.

Mirando sus luces bellas,
no sigáis la vuestra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

No busquéis la estrella ahora,
que su luz ha oscurecido
este sol recién nacido,
en esta Virgen Aurora.

Ya no hallaréis luz en ellas,
el niño os alumbra ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

Aunque eclipsarse pretende,
no reparéis en su llanto,
porque nunca llueve tanto
como cuando el sol se enciende.

Aquellas lágrimas bellas,
la estrella oscurece ya,
porque donde el sol está
no tienen luz las estrellas.

 

 

Los tres Reyes Magos se sirvieron de una luz para llegar a la Luz. Ellos fueron movidos por una actiud de adoración, producto de quienes buscan la verdad y la belleza expresadas en aquel momento en la estrella que los guiaba.

Citando a Pagola, el padre Roberto dijo que “el hombre actual a quedado en gran medida atrofiado para conocer a Dios; no es que sea ateo, es que se ha hecho incapaz de Dios.”

Tal vez “se nos ha metido esto del Dios útil que solo sirve para nuestros proyectos; convertido en un artículo de consumo” y sea esto lo que nos impide admirar a Diosy postrarnos ante él para adorarlo.

Existe una actitud fundamental de adoración que proviene de la inquietud afectiva de encontrar solo reposo en Dios. Hacer el ejercicio de dejar de contamplarnos a nosotros mismos para volver la mirada al Niño Dios resulta algo inevitable.

Para seguir reflexionando el padre nos invitó a reflexionar en tornoa a éstas preguntas: ¿Cómo está tu capacidad de adoración, de postración? ¿De encontrar solo reposo en Dios? ¿Es habitual?