14/09/2016 – El P. Javier Soteras presentó un espacio de reflexión en torno al texto del Hijo Pródigo. Todos necesitamos volver de tantos lados, volver a nuestro lugar de origen, al encuentro con el Padre bueno que sale cada día a la puerta de la casa para ver si volvemos.
” Dame la gracia Dios, según tu mirar,
por tus entrañas de misericordia perdoná todos mis desvaríos.
Dame unidad interior, en el fondo de mi alma,
de mis locas evasiones y de mis escapismos.
Te pido que me saques de los engaños.
Reconozco que me dejé tentar por sirenas que llevan a callejones sin salidas.
Admiro Dios, Padre, que no cortaras las alas de mi libertad.
Me duele mi pecado porque solo pensé en mí;
contra Tí Dios, contra Tí mi Padre y contra todos
yo pequé, yo erré, yo me equivoqué, yo me hice indigno.
En tu bienvenida incondicional has resurgido vida dentro de mí,
siento que todo empieza a cambiar.
En tu paternal hospitalidad surge desde la raíz de mis entrañas
lo mejor de mí.
Amás al que pecó, y resulta incomprensible, también para mí.
No te entiendo, pero hay algo dentro de mi corazón que dice amén,
y caigo vencido ante tu amor incomprensible.
Siempre cabe en tu corazón de padre-madre esta compasión
que explica lo inexplicable.
Gracias por la alegría que has puesto en mí,
gracias por tu amor de Padre-Madre,
por tu ternura y por tu misericordia”
Amén
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