29/11/17 – Como cada miércoles, el P. Javier Soteras reflexionó sobre la encíclica Amoris Laetitia y en esta oportunidad profundizó en la amistad como máxima expresión de amor entre los esposos y en la necesidad de volver siempre al primer amor.
“En el matrimonio conviene cuidar la alegría del amor. Cuando la búsqueda del placer es obsesiva, nos encierra en una sola cosa y nos incapacita para encontrar otro tipo de satisfacciones. La alegría, en cambio, amplía la capacidad de gozar y nos permite encontrar gusto en realidades variadas, aun en las etapas de la vida donde el placer se apaga. La alegría matrimonial, que puede vivirse aun en medio del dolor, implica aceptar que el matrimonio es una necesaria combinación de gozos y de esfuerzos, de tensiones y de descanso, de sufrimientos y de liberaciones, de satisfacciones y de búsquedas, de molestias y de placeres, siempre en el camino de la amistad, que mueve a los esposos a cuidarse: «se prestan mutuamente ayuda y servicio” dice el Papa Francisco en la exhortación apostólica. Decía santo Tomas de Aquino “Se usa la palabra alegría para referirse a la dilatación de la amplitud del corazón“, el Papa nos invita a sacar del pansexualismo la vida matrimonial y ubicarla en un ámbito de mayor amplitud.
“En la sociedad de consumo el sentido estético se empobrece y ahí se apaga la alegría. Todo está para ser comprado, poseído o consumido “El amor de amistad se llama «caridad» cuando se capta y aprecia el «alto valor» que tiene el otro. La belleza —el «alto valor» del otro, que no coincide con sus atractivos físicos o psicológicos— nos permite gustar lo sagrado de su persona, sin la imperiosa necesidad de poseerlo. En la sociedad de consumo el sentido estético se empobrece, y así se apaga la alegría. Todo está para ser comprado, poseído o consumido; también las personas. La ternura, en cambio, es una manifestación de este amor que se libera del deseo de la posesión egoísta. Nos lleva a vibrar ante una persona con un inmenso respeto y con un cierto temor de hacerle daño o de quitarle su libertad“, continúa Amoris Laetitia.
Además el padre Javier dijo que la experiencia estética del amor se expresa en esa mirada que contempla al otro como un fin en sí mismo, aunque esté enfermo, viejo o privado de atractivos sensibles.
El padre Javier agregó que debemos tener “una mirada que supere las apariencias, al modo de Dios que ve el corazón. Muchas heridas y crisis se originan cuando dejamos de vernos con el amor del principio. ¿Cómo es, en el ámbito matrimonial, volver al primer amor?“ y culminaba diciendo “Entrar en el lugar de la misericordia en el vínculo. Al otro le corresponde más de lo que yo creo que en justicia le toca, esto es cuando contemplamos al otro en el amor y lo contemplamos misericordiosamente. La caridad está por encima de la justicia.“
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