Señor: Nuestro espíritu se alegra,
como el de María, porque también has
hecho milagros de amor en nosotros.
También en nosotros has hecho el milagro
de amarnos como somos. Has hecho el milagro de
hacernos hijos tuyos. Has hecho el milagro de que
seamos más que nuestras debilidades.
Has hecho el milagro de que siendo
pecadores podamos ser santos. Has hecho el milagro de que nos
sintamos amados por Ti.
Por eso, como María, también hoy te decimos: “Proclama nuestra alma la grandeza del Señor”,
y también “nuestra grandeza”.
Clemente Sobrado C. P.