Señor, dame una buena digestión,
pero también algo para digerir. Dame la salud del cuerpo y el buen humor,
necesario para mantenerla.
Dame, Señor, un alma sencilla que sepa
sacar provecho de todo lo que es bueno y no se asuste cuando vea el mal,
sino mas bien que se encuentre el modo
de poner las cosas en su puesto.
Dame un alma que no conozca el
aburrimiento ni los refunfuños, suspiros o lamentos, y no permitas que
me atormente demasiado por esa cosa demasiado incómoda llamada “yo”.
Dame, Señor, el sentido del buen humor
Amen
San Tomás Moro