Al principio existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.Al principio estaba junto a Dios.Todas las cosas fueron hechas por medio de la Palabra y sin ella no se hizo nada de todo lo que existe.
En ella estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.La luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la percibieron.Apareció un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan.Vino como testigo, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por medio de él.El no era la luz, sino el testigo de la luz.
La Palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre.Ella estaba en el mundo, y el mundo fue hecho por medio de ella, y el mundo no la conoció.Vino a los suyos, y los suyos no la recibieron.Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su Nombre, les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.
Ellos no nacieron de la sangre, ni por obra de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino que fueron engendrados por Dios.Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros. Y nosotros hemos visto su gloria, la gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.Juan da testimonio de él, al declarar: “Este es aquel del que yo dije: El que viene después de mí me ha precedido, porque existía antes que yo”.
De su plenitud, todos nosotros hemos participado y hemos recibido gracia sobre gracia:porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad nos han llegado por Jesucristo.Nadie ha visto jamás a Dios; el que lo ha revelado es el Hijo único, que está en el seno del Padre.
Palabra de Dios
P. Cristian Salomón Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Diócesis de Rosario
Buen día, buen día, seguimos contemplando a Jesús Navidad, hoy desde el evangelio de juan en sus bellos primeros versículos.
El evangelio de Juan nos invita a mirar el nacimiento de Jesús, en clave de eternidad, teológicamente.
Jesús como nos muestra Juan, es, Palabra Eterna, que existe desde siempre, en quién hay Vida y luz que resplandece, que da el poder de ser hijos de Dios.
Y la Palabra se hizo carne, tomo nuestra condición, y hábito entre nosotros y gracias a esta buena noticia y certeza, podemos conocer su gloria, su rostro y conociendo su rostro, conocer, ver a Dios.
Que bueno será entonces, en este último día del año, puedas tomarte un ratito para orar al padre, a Jesús, a partir de este hermoso texto de Juan.
Tomarte un rato para contemplar la Navidad en tu vida, en clave de presencia, Jesús como Palabra, luz, ¿Cuáles fueron sus presencias como luz y Palabra en tu vida este año?, y poder también darle gracias y alabarlo por su eternidad encarnada, por venir a tu vida, por mostrarnos el Rostro de Dios, por conocerlo.
Quizás también nos demos cuenta de que, a pesar de ser creyentes, todavia no le dimos su lugar, porque hay mucha tiniebla, porque nos cuesta reconocerlo. Siempre podemos abrirle la puerta, recibirlo, que nuestra vida se llene de luz.
Pidamos también en este día, por tantos hermanos que habiendo recibido a Jesús y poniendo su confianza en Él, están siendo amenazados, martirizados, asesinados, en Irak. Pidamos paz, para toda esta región de modo especial.
Te dejo esta oración del cardenal Martini, en la noche de navidad, para que vos hagas, si queres, ante Jesús, para que te dejes invadir por su luz:
“Tú mi Dios, te has hecho carne para acercarnos a nuestra humanidad, para compartir nuestros límites,tu quieres estar para nosotros, con nosotros y en nosotros.
Creemos que el pesebre resplandeciente en la noche es la señal de tu amor por nosotros y nos sentimos amados, perdonados, salvados, buscados por ti también esta noche.
Creemos que cada hombre de buena voluntad puede encontrarte nuevamente, encontrandose de esta manera con sí mismo, y a los demás, haciéndo actual la posibilidad de que entres en su vida, porque tú, al nacer en Belén como un humilde niño nacido de María, nos has dado la certeza de dicha posibilidad” (Card. Carlo María Martini)
Que tengas lindo día y un bendecido año nuevo.