La importancia de quebrar tus miedos

lunes, 5 de enero de
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Probablemente uno de los mayores enemigos de la felicidad sea el miedo, o nuestra lista interminable de ellos. Aun así, ¿qué madre no tiene miedo a los accidentes de tráfico?, ¿y qué hay de los 300 millones de armas en posesión de civiles en EEUU?.

Quizás el sentimiento que incida con más fuerza en nuestras decisiones sea el miedo y generalmente no lo hace de manera positiva. Por su propia naturaleza, los temores son preventivos, necesarios y tienen su origen en los genes que evolutivamente han sido seleccionados por nuestra especie dada su eficacia.

No obstante, aunque la sensación de miedo nos incite a evitar situaciones verdaderamente peligrosas, muchas veces nos cohíbe y bloquea limitándonos a lo largo de nuestra vida. Podría decirse que hay miedos inútiles, que partiendo por lo general de un trauma pasado, nos prohíben disfrutar de determinadas experiencias de la vida. En los últimos años, son varios los escritores que han esquematizado este tipo de conflicto mental mediante la simbolización de un elefante encadenado.

A continuación os reproduzco un pequeño resumen del famoso cuento. Un día un joven padre tuvo el gusto de invitar a su hijo a un circo para presenciar la majestuosidad de este portentoso animal. Cuando terminó la función, le llamo enormemente la atención que al gran elefante se le mantuviese tan sólo con una fina cadena estacada al suelo.

Dada la fuerza del descomunal animal, no entendía por qué ni siquiera intentaba liberarse del al parecer, tan simple obstáculo. Lo que no sabía el niño, es que el elefante había intentado día y noche desprenderse de esa cadena cuando era sólo una cría. Al frustrarse todos y cada uno de sus intentos el animal consideró erróneamente, que su obstáculo sería inexpugnable de por vida.

Pasados varios años el elefante mantuvo esa percepción en su mente y jamás volvió a intentar aquel desafío, que pese a que en el pasado le fue imposible, en el presente constituía un reto irrisorio. Las personas muchas veces actuamos así, de hecho no es difícil encontrar amig@s en nuestro entorno que se ven condicionad@s de esta manera. En nuestras manos está el intentar ayudar y ser ayudado a vencer aquellos obstáculos que hace tiempo ya caducaron.

 

Miguel Aedo