Su llanto

martes, 6 de enero de
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No hay llanto de niño
más fuerte que el suyo
pidiendo cobijo
esperando un arrullo.

Es Dios chiquitito
que en carne se puso;
precioso delirio
tremendo barullo.

No es fácil oírlo
sin desearlo y mucho;
mas el que así lo hizo:
¡amado se supo!

 

Javier José Albisu