Si querés Señor, podés purificarnos…
de nuestra desmesurada búsqueda de comodidad y “bienestar”;
de nuestros horizontes chatos;
de nuestra mirada miope que incluye a los nuestros y deja al margen a tantos…
de los prejuicios con que reducimos a los demás por miedo,
de la violencia con la que nos tratamos,
de la indiferencia incluso con los más cercanos…
de nuestras hipocresías,
de nuestros cansancios y desencantos,
de vivir como si no existieras,
de buscar sólo tus regalos y olvidarnos de Vos…
de nuestras faltas de confianza,
de nuestras inseguridades,
de nuestro regateo de amor.
Si querés Señor, podés llenarnos de tu compasión,
despertarnos tus sueños,
fascinarnos con tu persona y con tu mensaje,
tomarnos el corazón para la construcción de tu Reino,
hacernos disponibles a tu llamado.
De nuestra redacción