Evangelio segun San Marcos 9, 2-13

viernes, 18 de febrero de
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En aquel tiempo, Jesús se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, subió con ellos solos a una montaña alta, y se transfiguró delante de ellos. Sus vestidos se volvieron de un blanco deslumbrador, como no puede dejarlos ningún batanero del mundo. Se les aparecieron Elías y Moisés, conversando con Jesús. Entonces Pedro tomó la palabra y le dijo a Jesús: "Maestro, ¡qué bien se está aquí! Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías." Estaban asustados, y no sabía lo que decía. Se formó una nube que los cubrió, y salió una voz de la nube: "Éste es mi Hijo amado; escuchadlo." De pronto, al mirar alrededor, no vieron a nadie más que a Jesús, solo con ellos.

Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie lo que habéis visto, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos." Esto se les quedó grabado, y discutían qué querría decir aquello de "resucitar de entre los muertos". Le preguntaron: "¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?" Les contestó él: "Elías vendrá primero y lo restablecerá todo. Ahora, ¿por qué está escrito que el Hijo del hombre tiene que padecer mucho y ser despreciado? Os digo que Elías ya ha venido, y han hecho con él lo que han querido, como estaba escrito.

Palabra de Dios

 


 

Monseñor Eduardo Martín  Obispo de la Diócesis de Rio Cuarto



 

Ya estamos transitando la sexta semana durante el año y nos vamos ya acercando próximamente al tiempo de la cuaresma y hoy en el evangelio de San Marcos que seguimos proclamando durante todos estos días, esta la escena de la transfiguración del Señor.

Nosotros realmente creemos en Cristo, y él es el que viene a salvar al hombre, pero viene a salvarlo transfigurándolo, así como el se transfiguró en el monte tabor y se mostro glorioso para liberar a los apóstoles del escándalo de la cruz, él a empezado una obra maravillosa en todos y cada uno de nosotros, desde el día de nuestro bautismo, ya de la transfiguración de nuestra vida.

Dejemos que el poder de su gracia, nos vaya cambiando, que pasemos del pecado a la gracia y cada día crezcamos de gracia en gracia hasta alcanzar esa talla perfecta que él quiere de todos y cada uno de nosotros.

No le ofrezcamos obstáculos a su acción, pidámosle hoy al Señor, por intercesión de la Virgen, que como ella le ofrezcamos una cancha libre a su acción y a la acción de su espíritu, para que nos vaya transfigurando.

Él no manda la naturaleza humana, él la transfigura, él hace que nuestra vida sea realmente plenamente humana aquí en la tierra, cien veces más aquí en la tierra, y luego la eternidad.

Hasta el próximo sábado si Dios quiere!

 

 

Oleada Joven