Evangelio según San Marcos 2, 23-28

martes, 20 de enero de
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Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas. Los fariseos le dijeron: «Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?»

Él les respondió: «¿No han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.»

Y añadió: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.»


Palabra de Dios




P. Cristian Salomon Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Diócesis de Rosario


 

¡Buen día! Espero estés bien. Celebrando a Santos Fabian y Sebastián, saludo de modo especial a quienes llevan estos nombres.


 

Seguimos haciendo camino con Jesús, queriendo saber dónde vive, queriendo seguir sus huellas. Hoy la Palabra nos presenta al igual que ayer, una discusión con los fariseos. Jesús y sus discipulos, por un lado, que caminando en sábado por unos sembrados, arrancan espigas y a los fariseos, por otro, que se ve, estaban muy atentos y observando el actuar de Jesús y los suyos, enseguida preguntan ¿por qué no cumplen con el sábado?


 

Jesús los desconcierta con su respuesta, poniendo como ejemplo a David y elevando el problema, “el sábado ha sido hecho para el hombre”…poniéndose por encima de la ley, “El Hijo del Hombre es dueño también del Sábado”.


 

El Señor del tiempo y de la historia es quién se hace presente en medio nuestro para abrirnos la mente y el corazón, que muchas veces también se nos cierra y se esconde en un montón de normas, que nos dan una aparente seguridad pero nos impiden arriesgarnos, anunciar el Reino, en la mies que es mucha.


 

A veces sólo cumplimos, a veces sólo por quedarnos tranquilos, y no arriesgarnos, no jugarnos, por no ser audaces, hacemos sólo lo que las normas nos dicen, lo que está mandado y nos olvidamos de prestar atención, en serio, a las personas, nos privamos también muchas veces de ver y encontrarnos con Aquel que es más grande y dueño del Sábado.


 

Señor, liberame con tu Espíritu, ayudame a descubrir lo más importante, más alla de cualquier apariencia. Que no me quede esclavo de normas, sino que en ellas y por encima de ellas pueda arriesgarme, pueda jugarme a buscarte y encontrarte, pueda anunciarte en medio de la ciudad.


 

Que tengas lindo día, Dios te bendiga.

 

 

 

 

Radio Maria Argentina