Llename de tu luz

martes, 3 de febrero de
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Y cuando nos dimos cuenta, hemos dejado de sonreír, las preocupaciones enfríaron nuestros corazones y ya no sentimos la presencia real de Jesús en nuestras vidas. Sucede que hemos dejado que la mundanidad nos robe la alegría de sentirnos amados por Dios. Hoy, Francisco te invita a invocar al Espíritu Santo para que llene tu interior con Su luz y te guíe al reencuentro con Jesús y con todos los que te rodean.


Quien ha caído en esta mundanidad mira de arriba y de lejos, rechaza la profecía de los hermanos, descalifica a quien lo cuestione, destaca constantemente los errores ajenos y se obsesiona por la apariencia. Ha replegado la referencia del corazón al horizonte cerrado de su inmanencia y sus intereses y, como consecuencia de esto, no aprende de sus pecados ni está auténticamente abierto al perdón.


Es una tremenda corrupción con apariencia de bien. Hay que evitarla poniendo a la Iglesia en movimiento de salida de sí, de misión centrada en Jesucristo, de entrega a los pobres. ¡Dios nos libre de una Iglesia mundana bajo ropajes espirituales o pastorales! Esta mundanidad asfixiante se sana tomándole el gusto al aire puro del Espíritu Santo, que nos libera de estar centrados en nosotros mismos, escondidos en una apariencia religiosa vacía de Dios. ¡No nos dejemos robar el Evangelio!



Evangelii Gaudium (II. No a la mundanidad espiritual)

 

 

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Sofía Passetti