Evangelio según San Marcos 6,1-6

martes, 3 de febrero de
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Jesús salió de allí y se dirigió a su pueblo, seguido de sus discípulos.Cuando llegó el sábado, comenzó a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba estaba asombrada y decía: “¿De dónde saca todo esto? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada y sos grandes milagros que se realizan por sus manos?¿No es acaso el carpintero, el hijo de María, hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿Y sus hermanas no viven aquí entre nosotros?”. Y Jesús era para ellos un motivo de tropiezo.


Por eso les dijo: “Un profeta es despreciado solamente en su pueblo, en su familia y en su casa”.


Y no pudo hacer allí ningún milagro, fuera de curar a unos pocos enfermos, imponiéndoles las manos. Y él se asombraba de su falta de fe. Jesús recorría las poblaciones de los alrededores, enseñando a la gente.


Palabra de Dios



 

Monseñor Fernando Maletti Obispo de la Diócesis de Merlo – Moreno

 

 

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