Será una paz armada, compañeros,
será toda la vida esta batalla;
que el cráter de la carne sólo calla cuando la muerte acalla sus braseros.
Sin lumbre en el hogar y el sueño mudo, sin hijos las rodillas y la boca, a veces sentiréas que el hielo te toca, la soledad te besará a menudo.
No es que dejes el corazón sin bodas. Habrás de amarlo todo, todos, todas, discípulos de Aquel que amó primero.
Perdida por el Reino y conquistada, será una paz tan libre como armada, será el Amor amado a cuerpo entero.
Pedro Casaldáliga