En una oportunidad Madre Teresa necesitaba viajar urgentemente a Roma junto a dos de sus religiosas. Llegaron al aeropuerto con sus pocas pertenencias y consultaron por el precio de los pasajes, y viendo que no les alcanzaba el dinero, las religiosas de Madre Teresa se entristecieron, pero ella les dijo “No se preocupen, que si es la Voluntad de Dios, El nos proveerá”.
Y enseguida se fueron a sentar por allí, cuando un hombre que caminaba por el pasillo reconoció a Madre Teresa. El, cuando joven, la había conocido en unos trabajos solidarios. Se acercó amablemente a saludarla y la invitó junto a las hermanitas a su oficina. Ahora era uno de los directores de la Aerolínea. Le preguntó a Madre Teresa porque estaba en el aeropuerto y ella le explicó. Inmediatamente el hombre le regaló los pasajes de avión que las tres religiosas necesitaban.
Dios provee, siempre.
Fuente: Anécdotas de los santos.blogspot