“Salvatore, yo estoy contigo. Serás ordenado y celebrarás Misa”

viernes, 17 de abril de

“La primera bendición que darás como sacerdote me la impartirás a mí”, expresó por teléfono el Papa Francisco a Salvatore Mellone, un seminarista con cáncer terminal que fue ordenado sacerdote en el día de ayer en su habitación en la Arquidiócesis de Trani-Barletta (Italia). La ceremonia pudo seguirse en directo a través de una pantalla, en la parroquia del Santísimo Crucifijo de Barletta.

 

El Arzobispo de Trani-Barletta, Mons. Giovanni Pichierri, confirmó a través de una nota informativa que el 14 de abril el Papa telefoneó a Mellone y le dijo “la primera bendición que darás como sacerdote me la impartirás a mí”. “Salvatore, yo estoy contigo. Serás ordenado y celebrarás Misa”, aseguró el Pontífice a través de la línea telefónica, informó el diario italiano la Reppublica.

  

Concluido su discernimiento vocacional en junio del pasado año, Mellone comenzó a advertir problemas de salud. Los médicos le diagnosticaron una neoplasia en el esófago. A partir de octubre comenzaron las curas intensivas “que nunca le apartaron del camino de formación y han hecho que le fuera concedido el nulla osta para la admisión al diaconado y el presbiterado”, remarcó Mons. Pichierri.

 

A principios de 2015 sus condiciones de salud empeoraron y Mellone expresó su deseo de completar su recorrido formativo, respondiendo a su vocación.

 

El Arzobispo Pichierri afirmó que las motivaciones de Salvatore “no se pueden reducir simplemente a un deseo personal de convertirse en sacerdote, sino que van apoyadas por un cuidadoso discernimiento sobre su llamada, que sintió confirmada en sí, también durante la enfermedad. El sufrimiento le ha hecho sentir una profunda comunión con el misterio de Cristo, para la caridad al servicio de las personas que más sufren”.



Las palabras de Mellone al pedir su ordenación fueron las siguientes: “Hoy me siento llevado a hombros de Cristo; y como sacerdote llevaré la estola con Cristo, para la salvación del mundo. Además, celebrar tan solo una Eucaristía para mí será una participación real del sacerdocio de Cristo”.

 

Para Mons. Pichierri este es “el coronamiento de un camino serio y coherente, también en la enfermedad, y la edificación del pueblo de Dios y de los sacerdotes y seminaristas, que pueden venir de este testimonio vocacional”.

 

Mellone ingresó al Pontificio Seminario Regional de Molfetta en 2011, a los 34 años edad, aunque su formación cristiana había comenzado en su familia y prosiguió en la adolescencia en la parroquia Santa María de los Ángeles de Barletta. Su compromiso eclesial creció con la edad y lo llevó a un discernimiento de su vocación presbiteral, que se consolidó en el seminario.

 

Su gran sensibilidad por los problemas del mundo contemporáneo lo llevó a ejercer como periodista para la revista mensual “La Stadera”, y en 2013 publicó junto a Vincenzo di Gregorio el libro “L’umanità libera sorride a Dio. Agorà e Parola”.



Siempre disponible a ayudar a sus hermanos, el testimonio de Mellone es un punto de referencia constante y humilde

 

A pesar de su estado de salud, el P. Salvatore, de 38 años, no dudó en postrarse en el suelo durante la ceremonia, a la que asistieron –conmovidos-, los familiares más cercanos, los padres, la hermana y la abuela, así como sus amigos del seminario. Al momento que le preguntaron si quería ser ordenado, respondió: “Sí, con la ayuda de Dios, lo quiero”.

 

“Gracias a todos los médicos y enfermeros por su corazón de samaritanos, y a todos los enfermos y sufrientes que en estos meses de lucha extenuante contra la enfermedad que llevo dentro, he encontrado. Fueron mis evangelizadores y lo serán todavía”, fueron las palabras del nuevo sacerdote.

 

Siente un fuerte llamado a evangelizar entre los enfermos, esto lo expresó de la siguiente manera “Cuando Jesucristo me dice ‘anda a ellos’, sal al territorio del sufrimiento, me pide que lleve una mirada, al menos una caricia que pueda abrir en una vida dañada el sentido de una vida plena, pura, resucitada en la caridad que lo contiene todo, y lo digo con San Pablo, fuerte, que estoy convencido que en la muerte, en la vida (…) ninguna criatura nos podrá separar del amor de Dios en Cristo Jesús, nuestro Señor

 

 

Fuente: Aciprensa

 

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