Querido Señor, voy a seguir inquieto, tenso e insatisfecho hasta que pueda estar totalmente es paz en tu casa. Pero sigo en camino, sigo viajando, todavía cansado y fatigado, y preguntándome si alguna vez llegaré a la ciudad sobre la colina. Como Vincent Van Gogh, sigo preguntándole a tu ángel que encontré en el camino: “¿Sigue el camino todo el tiempo hacia arriba?” Y la respuesta es: “Sí, justo hasta el final.” Y vuelvo a preguntarle: “¿Y andar ese camino me llevará todo el día?” Y la respuesta es: “Desde la mañana hasta la noche, amigo mío”.
Entonces, Señor, sigo; cansado, a menudo frustrado, irritado, pero siempre con la esperanza de llegar, algún día, a la ciudad eterna lejana, resplandeciente en el sol de la tarde.
No hay certidumbre de que mi vida sea más fácil en los años venideros, o que mi corazón esté más calmo. Pero existe la certeza de que Tú me estarás esperando y que me recibirás en casa cuando haya perseverado en mi largo viaje a tu casa.
Oh, Señor, dame el coraje, la esperanza y la confianza.
Amén.
Henri Nouwen