Una sonrisa en los labios alegra nuestro corazón,
conserva nuestro buen humor,guarda nuestra alma en paz,vigoriza la salud,embellece nuestro rostroe inspira buenas obras.
Sonriamos a los rostros tristes,tímidos, enfermos, conocidos,familiares y amigos.
Sonriámosle a Dios con la aceptaciónde todo lo que El nos envié ytendremos el merito de poseerla mirada radiante de su rostrocon su amor por toda la eternidad.
Las palabras de Cristo son muy claras,pero debemos entenderlas como unarealidad viviente, tal como El las propuso.Cuando El habla de hambre,no habla solamente del hambre de pan,sino hambre de amor, hambre de sercomprendido, de ser querido.
El experimentó lo que es ser rechazado porquevino entre los suyos y los suyos no lo quisieron.Y El conoció lo que es estar solo,abandonado, y no tener a nadie suyo.
Esta hambre de hoy, que esta rompiendo vidas en todo el mundo destruyendohogares y naciones, habla de no tener hogar, no solamente un cuarto contecho, pero el anhelo de ser aceptado, de ser tratado con compasión, y quealguien abra nuestro corazón para recibir al que se sienta abandonado.
-Madre Teresa, M.C.