Me esperas cada día. Siempre vienes,no cesas de llegar desde el silenciohasta el sol de mi puerta. Tiras piedras suaves y pequeñas, transparentesal cristal de mi cuarto y de mis ojos.
No descorro mi voz. No me doy cuentade que Tú estás ahí, que esta horaes otra vez tu cita. No distingotu llamada. Mañana,esta siesta, este ocaso, en esta nochetambién vendrás, Tú nuncadejarás de llegar.
Hasta que un díasaldré por fin, lo sabes, y en tus manospondré cuanto me esperas y me diste.