Señor: Perdóname por haberme
acostumbrado a ver que los chicos
parezcan tener ocho años y tengan trece.
Señor: perdóname por haberme
acostumbrado a chapotear en el barro.
Yo me puedo ir, ellos no.
Señor: perdóname por haber
aprendido a soportar el olor
de aguas servidas, de las que
puedo no sufrir, ellos no.
Señor: perdóname por encender
la luz y olvidarme que ellos
no pueden hacerlo.
Señor: Yo puedo hacer huelga
de hambre y ellos no, porque
nadie puede hacer huelga
con su propia hambre.
Señor: perdóname por decirles
‘no sólo de pan vive el hombre’ y
no luchar con todo para que rescaten su pan.
Señor: quiero quererlos por
ellos y no por mí.
Señor: quiero morir por ellos,
ayúdame a vivir para ellos.
Señor: quiero estar con ellos
a la hora de la luz.
P. Carlos Mugica
sacerdote argentino asesinado por la triple A en 1974 por su opción preferencial por los pobres. Desarrolló su minsiterio pastoral mayoritariamente en la Villa 31 de la Capital Federal