En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Todavía tengo muchas cosas que decirles, pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo.
El me glorificará, porque recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes. Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les digo: ‘Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes’.”
Palabra de Dios
Monseñor Fernando Maletti Obispo de la Diócesis de Merlo – Moreno
Hoy Miercoles 13 de Mayo, el evangelio según San Juan capítulo 16 versículos 12 al 15 nos va poniendo en camino hacia la fiesta del Domingo que es la fiesta de la Ascención del Señor.
El Señor se va despidiendo de los suyos, va profundizando el paso de dejar en nuestras manos su misión, la tarea de anunciar la Buena Noticia del Reino.
Jesús nos va diciendo sus últimas palabras, nos va puntualizando los aspectos más profundos, más escenciales de aquello en lo que vamos a tener que centrar nuestras vida personal y comunitaria.
La paz, el amor, la solidaridad, la unidad, el trabajo en el diálogo por caminar juntos hacia el encuentro prometido con el Padre en el cielo. El Señor se va y nos deja a nosotros la misión de hacer posible el anuncio de la a todas las comunidades.
Hoy también celebramos la fiesta de Nuestra Señora de Fátima, una de las advocaciones de nuestra madre María.
La Virgen de Fátima encarna precisamente la transparencia de la relación entre María y cada uno de nosotro, ella nos vuelve a decir lo bueno para que tengamos el corazón abierto a Dios, para que le digamos sí a Dios, para que ese sí tenga perseverancia. Hoy por lo tanto nos ponemos en manos de Jesús y le pedimos que nos de la gracia que más necesitamos para hacernos cargo de la misión que Él vino a cumplir y ahora pone en nuestras manos.
Queridos jóvenes en especial, queridos muchachos y chicas, en estos días donde también vamos a empezar la novena por pentecostes, abramos el corazón grande para ver que quiere Dios de cada uno de nosotros. Pongamonos en las manos de la virgen, bajo la advocación de Nuestra Señora de Fátima ésta intención sabiendo que la palabra de Dios, el Evangelio, es siempre un desafío para que lo vivamos afectiva y efectivamente.
Les deseo todo bien y les dejo el buen deseo de parte de Dios que es la bendición.
En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu santo. Amen.
Fuente: Radio María Argentina