Vivir en serio
Pero no con la seriedad de un semblante sombrío, ni con falta de alegría. Vivir –o tomarse la vida– en serio, es saber que nuestro tiempo es valioso. Que es mejor amar que odiar, y es mejor dar(se) que ahorrarse para nada. Es elegir algunas causas por las que dejarse la piel, batallas que te quiten el sueño, que te suban al cielo, que te arranquen sonrisas y te llenen de anhelo. Hay tantas facetas en cada historia donde podemos ponerlo todo en juego: el estudio, el trabajo, el amor, la familia, el cansancio, el descanso…
«Yo repuse: – ¡Ay, Señor mío! Mira que no sé hablar, que soy un muchacho. El Señor me contestó: – No digas que eres un muchacho, que adonde yo te envíe, irás; y dirás lo que yo te mande» (Jer 1, 6-7)
Es el reverso, y lo complementario, de saber reírse de uno mismo. Porque ambas cosas son necesarias.Tomarse en serio es saber mirarse, con ojos limpios, en el espejo de la vida. Es reconocer la debilidad pero sin sucumbir a ella. Es enamorarse en varios momentos de la historia. Es complicarse los días. Es tropezar, y volver a levantarse las veces que haga falta. Es no cerrar la mente a las grandes preguntas que nos enfrentan con el amor, la muerte, y con el mismo Dios.
Amar a fondo perdido
«Respondió: Amarás al Señor tu Dios con toda tu alma, con todas tus fuerzas, con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo» (Lc 10, 27)
El amor no puede ser un sucedáneo, un leve afecto, ni una conveniencia.Es mejor amar del todo, aunque te rompas mil veces. Es mejor comprometerse con alguien, dejar que entre en tu intimidad, apoyar la cabeza en su hombro, dejarte abrazar en esas noches oscuras que todos tenemos.¿Por qué amar a medias, si hemos sido creados para amar con locura?¿Por qué mantener una distancia de seguridad respecto al prójimo, que puede ser hermano, vecino, compañero de camino, padre, hijo, enamorado, amigo?Mejor amar.
Fuente: http://pastoralsj.org/index.php?option=com_content&view=article&id=1657&catid=24&Itemid=6