Bienaventurado soy Señor cuando reconozco la pobreza de mi corazón, cuando te reconozco Rey y Señor.
Bienaventurado soy cuando aun
consciente de mis miserias y errores
me abro a la misericordia de Tu amor
y Tu perdón.
Bienaventurado soy cuando ante Tus pies entrego mis enojos, broncas y deseos de venganza. Cuando me dejo acariciar por la mansedumbre de Tu amor.
Bienaventrado soy Señor cuando en cada lágrima encuentro el consuelo de la certeza de Tu presencia.
Bienaventurado soy cuando en cada gesto busco construir la paz. Cuando elijo nombrarte, dar testimonio de Vos aun sabiendo que eso puede costarme el rechazo, la desaprobación.
Bieanvenutado soy Señor cuando te reconozco en mi hermanos, en el que sufre, en el perseguido, en el abandonado y salgo, en ellos, a Tu encuentro.
Amén
Corina Acevedo