Evangelio segun San Mateo 9, 14 – 15

jueves, 10 de marzo de
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Entonces se acercaron los discípulos de Juan y le dijeron: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacemos nosotros y los fariseos?".
Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden estar tristes mientras el esposo está con ellos? Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.

Palabra de Dios


Monseñor Baldomero Carlos Maritni   Obispo de la Diócesis de San Justo

 

Queridos jóvenes el miércoles de ceniza hemos comenzado un tiempo muy especial que es la cuaresma, cuarenta días antes de la Pascua, es un tiempo para poner a punto nuestra vida y prepararnos para que la pascua sea una fiesta dentro del corazón de cada uno.  Hay que distinguir entre la fiesta y la farra, es decir hay que distinguir entre divertirse y recrearse, es muy importante para ustedes los jóvenes, pero para todos también.



Este es un tiempo para que la palabra de Dios, que es Jesús vivo, nos cambie por dentro y desde dentro y así seamos iluminados para iluminar. Hoy los jóvenes necesitan ser iluminados por otros jóvenes. Como la vida cristiana es importante y tenemos que tomarla enserio y no es fácil ser cristianos, necesitamos como los deportistas prepararnos, y esto nos pone en relación con algo muy especial en el tiempo de cuaresma y especialmente en la semana santa, con la pasión y la cruz del Señor que por amor se juega.



Hoy se nos habla del ayuno, tal vez le resulte un poco raro que se les hable a los jóvenes del ayuno y por otro de encuentro, del estar con el amigo. El ayuno y la abstinencia no son cosas raras, sino que son para que experimentemos el hambre física y para despertar un hambre, el verdadero hambre, el hambre de Dios, de estar con Cristo con alegría y fidelidad.



 

Y atraernos la imagen del esposo en este evangelio, es una invitación a estar enamorados de Jesús y tener una profunda intimidad con él, para que sea el Señor de mi vida, de tu vida, de nuestra vida y podamos decirle de corazón: “A quien iremos Señor, si solo tú tienes palabras de vida eterna”



Querido joven que me escuchas te abrazo con mi bendición, con mi oración a Cristo por medio de María la madre que cuida los corazones de los jóvenes y de todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Y te bendigo en El nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

 

Oleada Joven