“En ese momento se fueron todas mis penas, dos gruesas lágrimas rodaron por mis mejillas y cayeron por mi rostro, eran lágrimas de pura alegría… ¡Ah! pensé, la Santísima Virgen me sonrió, estoy feliz… (…) Fuera por causa de ella, por sus intensas oraciones, que tuve la gracia de la sonrisa de la Reina de los Cielos…” Santa Teresita éstas palabras expresó al recibir la gracia de la sanidad de su depresión por intermedio de la Virgen María a quien empezó a llamar la Virgen de la Sonrisa.
Oh María, Madre de Jesús y nuestra,
que con una clara sonrisa te dignaste consolary curar a tu hija Santa Teresita del Niño Jesús de la depresión,devolviéndole la alegría de viviry el sentido de su existencia en Cristo Resucitado.
Mira con maternal afecto a tantosHijos e hijas que sufren con la depresión,trastornos y síndromes psiquiátricos y males psicosomáticos.Que Jesús Cristo cuide y de sentido a la vida de tantas personas,cuya existencia a veces está deteriorada.
María, que tu hermosa sonrisa no deje quelas dificultades de la vida oscurezcan nuestra alma.Sabemos que sólo tu hijo Jesús puede satisfacerlos anhelos más profundos de nuestro corazón.María, mediante la luz que brota de tu rostro,transparenta la misericordia de Dios.
Que tu mirada nos acaricie, y nos convenza de queDios nos ama y nunca nos abandona,y tu ternura renueve en nosotros la autoestima,la confianza en las propias capacidades,el interés por el futuro y el deseo de vivir feliz.
Que los familiares de los que sufren con la depresiónAyuden en el proceso de curación, nunca considerándolosfarsantes que usan la enfermedad con intereses de comodidad,sino que los demás los valores, escuchen, comprendan y animen.Virgen de la Sonrisa, alcánzanos de Jesús la verdadera curacióny líbranos de alivios temporales e ilusorios.
Curados, nos comprometemos a servir con alegría,Disposición y entusiasmo a Jesús como discípulos misioneros,con nuestro testimonio de vida renovada.
Amén.