Orar con el corazón

miércoles, 17 de junio de
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La esencia de la oración es el corazón y consiste en estar en Espíritu y verdad frente a Dios. La oración o es la del corazón o no es oración. Allí transparentamos delante de Dios lo que acontece en el fondo de nuestros sentimientos más nobles. Así unifica la razón, la voluntad, los afectos y la inteligencia… el corazón es el central, lo entrañable de la vida.


La oración del Peregrino Ruso, un maestro espiritual oriental anónimo, viene en esta línea, y nos invita a decir sencillamente una y otra vez una jaculatoria que nos pone en sintonía conforme al sentir de Dios. Dicha una y otra vez en el peregrinar diario, el corazón se abre a la presencia de Dios en el alma, desde las raíces de nuestro ser. Compasión y misericordia es el modo de estar de Dios en lo más hondo del corazón. Encontrarnos con esta presencia y vincularnos a ella es entrar en contacto con el rostro real de Dios.


Dios vive en nosotros y cuando nos encontramos con Él en el corazón accedemos a nuestras raíces. No está Dios por fuera, sino en lo más íntimo, por eso cerramos la puerta de la habitación. Nos abrimos en la interioridad a la hondura de su presencia más profunda, que es distinto a “acovacharnos”… cerrar la puerta es ir al encuentro de la interioridad que, cuando es en Dios, se hace abierta a todos en gestos de caridad, de vínculos fraternos. Que podamos experimentar esta ternura del amor de Dios que sostiene nuestros sueños y luchas, abraza nuestros esfuerzos, nos libera hacia donde Él sabe que nos conviene caminar.



P. Javier Soteras Director de Radio María Argentina

 

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