Jesús me inquieta

martes, 14 de julio de
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JESUCRISTO ME INQUIETA

 

Tengo rabia y Él  me dice que debo perdonar.

Tengo miedo y Él  me dice que debo arriesgarme.

Tengo dudas y Él  me dice que debo creer.

Estoy angustiado y Él  me dice que me tranquilice.

 

Siento pereza y Él  me dice que debo continuar.

Tengo mis proyectos y Él  me dice que acepte los suyos.

Tengo propiedades y Él  me dice que sea mendigo.

Tengo seguridad y Él  me dice que nada promete.

 

Quiero vivir y Él  me dice que debo dar la vida.

Quiero ser bueno y Él  me dice que no es suficiente.

Quiero mandar y Él  me dice que debo obedecer.

Quiero liderar y Él  me dice que debo servir.

Quiero entender y Él  me dice que debo asimilar.

Quiero claridad y Él  me habla por medio de las parábolas.

Quiero símbolos y Él  va directamente al asunto.

Quiero tranquilidad y Él  dice que vino a traer inquietud.

Quiero violencia y Él  dice que sólo sabe dar paz.

 

Tomo la espada y Él  me dice que debo guardarla.

Me preparo para objetar y Él  me dice que debo ofrecer la otra mejilla.

Quiero la paz y Él  me dice que vino a traer la espada.

Trato de enfriar las cosas y Él  me dice que vino a poner fuego en la tierra.

Quiero ser el más grande y Él  me dice que debo ser el más pequeño.

Quiero permanecer anónimo y Él me dice que mi luz debe permanecer encendida.

Quiero aparecer y Él me dice que debo rezar en secreto.

 

No entiendo sus caminos. Jesús de Nazaret me confunde.

 

Me gustaría como tantos de sus discípulos, buscar a otro maestro, que hable con más claridad y exija menos… Pero, como Pedro, no conozco a nadie que tenga palabras de vida eterna.

 

Y permanezco con Él.

 

 

                                                                      P. ZEZINHO

 

 

Romina Gisela Herrera