¡Gracias Santo Padre mensajero de alegría y paz!

jueves, 16 de julio de
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“Salir a la «cancha», a ir a hacer más amigos. Para contagiar la amistad de Jesús por el mundo, donde estén, en el trabajo, en el estudio, en la previa, por whastapp, en facebook o twitter. Cuando salgan a bailar, o tomando un buen tereré. En la plaza o jugando un partidito en la cancha del barrio. Ahí es donde están los amigos de Jesús. No vendiendo humo, sino haciendo el aguante. El aguante de saber que somos felices, porque tenemos un Padre que está en el cielo”.  Papa Francisco

¡Y los sueños que vienen de Dios, siempre son bendecidos ¡ y es así que comenzamos a soñar con los chicos  de la parroquia en  visitar Paraguay para la venida de Papa Francisco; oración y trabajo fueron los pilares durante estos dos últimos meses; las familias unidas para que sus hijos puedan realizar ese sueño y con ellos iban también cada uno de nuestros amigos, que nos ayudaron con las ventas que fuimos realizando. Hasta que llegó el día de nuestra partida, muchas emociones al ir encontrándonos todos los que íbamos a viajar: chicos que estudian afuera, seminaristas y los que estamos en la ciudad.
 Entre cantos y actividades que nos preparaban para lo que viviríamos, llegamos a Asunción en horas tempranas del sábado con un cielo radiante y una gran cantidad de hermanos paraguayos que nos recibían en la puerta de la Parroquia Virgen del Carmen. Abrazos, risas y cantos  de bienvenida que aún hoy emocionan al recordarlo, tanta entrega y generosidad desinteresada que sorprendió a los chicos.
Estando a pocas cuadras de la Nunciatura, lugar donde se hospedaba Su Santidad, tuvimos el regalo de verlo pasar a nuestro lado en dos oportunidades. Es increíble relatar lo que provoca Papa Francisco, allí en las calles miles de personas que lo vivaban y saludaban cariñosamente, familias enteras con sus hijos y muchos… muchos jóvenes.
Llegada la noche una hermosa velada nos recibía a todos los jóvenes que estaban en el colegio de la parroquia, cantos y bailes haciéndonos uno. Unas horitas de descanso y partimos a la Vigilia en el Parque Ñu Guazú. Caminamos hasta llegar al lugar. Barro y llovizna dificultaban nuestro caminar, pero no las ganas de estar juntos a la espera de la llegada del nuevo día cantando:  “Por Cristo estamos aquí”. Y sí, ese es el motivo que nos lleva a vivir experiencias como estas. Llegada la mañana después de haber pasado por frío, llovizna y tormenta amenazante, salió el sol como una bendición. Marcada por la emoción de más de un millón de fieles, llegó el papa Francisco en el papa móvil. Gritos, cánticos y las ondulantes banderas papales, paraguayas y argentinas fueron el marco del recibimiento de Francisco. Minutos después, cuando el coro comenzó a entonar el canto que da inicio a la misa, un clima de absoluta solemnidad se apoderó del predio. El silencio reinante  dio paso a escenas de recogimiento y emoción: manos que se estrechaban, parejas que se abrazaban y lágrimas en los ojos.  Las palabras de Francisco nos invitaban  a vivir la “hospitalidad” y pasar “de la lógica de la superioridad a la de la vida y el amor”, entre tantas otras frases que quedaron en nuestro corazón resonando.
“Podríamos decir que cristiano es aquel que aprendió a hospedar”, nos dice el Papa y nosotros podemos decir que el pueblo paraguayo  cumple fielmente este pedido .
Hoy estamos llenos de alegría y entusiasmo , con ganas de contagiar a tanta gente que vive triste, amargada, decirle como nos dice el Papa: “no hay nada más lindo que tener nuevas oportunidades. Es como que la vida vuelve a empezar. Por eso, felices aquellos que son portadores de nueva vida, de nuevas oportunidad”.

 

Gladis Espiro