Evangelio según San Mateo 17,14-20

viernes, 7 de agosto de
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Cuando se reunieron con la multitud, se le acercó un hombre y, cayendo de rodillas,le dijo: “Señor, ten piedad de mi hijo, que es epiléptico y está muy mal: frecuentemente cae en el fuego y también en el agua. Yo lo llevé a tus discípulos, pero no lo pudieron curar”.

 

Jesús respondió: “¡Generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganmelo aquí”. Jesús increpó al demonio, y este salió del niño, que desde aquel momento quedó curado.

 

Los discípulos se acercaron entonces a Jesús y le preguntaron en privado: “¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?”. “Porque ustedes tienen poca fe, les dijo. Les aseguro que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: ‘Trasládate de aquí a allá’, y la montaña se trasladaría; y nada sería imposible para ustedes”.

 

Palabra de Dios

 

 

 


P. Juan Martinez Sacerdote de la Arquidiócesis de Córdoba

 

 

 

Buen día Amigos de la Radio, a este espacio de encuentro con Jesús en la Palabra.¡Cuánta dureza entraña este mensaje!
 
Ante la aflicción de un hombre que va hasta Jesús y cae de rodillas pidiendo por su hijo se despierta la reacción de Jesús. El hombre ya había presentado el caso a los discípulos de Jesús y sin demasiados detalles dice que no habían podido lograr la sanación.
 
Es cuando Jesús toma la iniciativa, hace que se lo lleven y lo alivia liberándolo.
 
Constatando la acción sucede la pregunta de los discípulos y ¿por qué nosotros no pudimos? Lo que desencadena el núcleo del texto de hoy: la fe. 
 
 
Es ahí donde Jesús va a desafiar a sus discípulos a la confianza en Él que llama, fortalece y envía a hacer el bien. No la fe en cuanto actitud mágica que obrará por capricho, para lucirse o para ahorrar la cruz, sino aliviando a otros.
 
Cuando miramos la vida de grandes de fe: Brochero, Juan Pablo II, la Madre Teresa cuánto alivió, cuánto bien prodigaron a su alrededor afianzados en una fe inmensa pero vivida en el horizonte de la caridad a los demás.
 
Que la Palabra de hoy, el testimonio de estos u otros testigos de la fe robustecida en Cristo que alivia, nos sacuda y nos anime a dar más y mejor ante tanta vida postrada que espera como dice el documento de Aparecida: Discípulos y misioneros para que nuestros pueblos en él tengan vida.
 
El Señor te bendiga y buen sábado.
 
 
Fuente: Radio Maria Argentina

 

Radio Maria Argentina